miércoles, 14 de agosto de 2013

De tostitos preparados y señoras lesbianas.

Hace algunos días, unos amigos y yo nos estábamos acordando de aquéeeeeeellos cada vez mas lejanos años de cuando estábamos en la universidad.

Si me preguntan que extraño mas de mis años escolares, yo creo que 'el convivir con mis amigos' empataría con 'comer todas las chucherías que vendían afuera de la escuela' :-)

Y es que no saben como extraño aquéllos días en que podía comer ese tipo de cosas, aquí en este rancho grande donde vivo ahora la gastronomía es un poco mas variada porque vive gente de todo el país, pero a veces extraño poder comer tostitos o churritos (Satélite!) preparados.

Que son? Básicamente una bolsa de Tostitos/Churritos costada a lo largo, se le pone chamoy, salsa picante, cacahuate japonés (que de japonés tiene lo que yo de alemán), salsa valentina (muy picante), polvito tajín, y para dale el toque saludable, pepino cortado en cuadritos. Una bomba para el estómago, pero de un sabor irresistible! Yo nomás daba la primera cucharada y sentía como me ardía la cara!



De entre todos los lugares que había para surtirse de chucherías, estaba el micro changarro que tenían un par de señoras, que además de preparar los mejores churritos o tostitos preparados que yo he comido jamás, eran lesbianas.

En mi corta existencia, yo jamás había conocido a mujer lesbiana. Alguna vez mi mamá mencionó que una ex-vecina, la Patty, tuvo un breve período lesbicurioso cuando estaba jovencita, pero que luego se le pasó, se casó, tuvo hijos y todos tan felices como siempre.

Yo en aquél entonces me imaginaba que las lesbianas eran mujeres feas, corpulentas, que se vestían de hombre, que trabajaban de leñadoras o de mecánicas y que eran amantes de iniciar pleitos de cantina a la menor provocación (cierto que también habrá mujeres heterosexuales que encajen en esa descripción).

Estas señoras no eran precisamente así, las dos pasaban ya de los 40 años, una de ellas era un poco regordeta, morena, usaba base, polvo, rimel, delineador y labial, siempre andaba bien peinada y con su pulserita y sus pendientes, muy femenina siempre doña Isabel. 

La otra señora era un poco mas alta, delgada, bronceada y un corte de pelo muy estilo de Laureano Brizuela; sin gota de maquillaje, y se vestía siempre con pantalones, tennis y camisetas amplias. 

Laureano Brizuela 'El ángel del Rock'


La señora 'Laureana' , era la mas amable (y hasta encantadora) de las dos, siempre se le notaba una genuina alegría cuando llegabas a su puesto a comprarle algo, hablaba muy propia, con el vocabulario de alguien que ha estudiado o que por lo menos ha leído (y entendido) mucho. Siempre estaba de buen humor (la otra señora no siempre), en lo que te servían las cosas te preguntaba como te estaba yendo en la escuela, los exámenes, y cuando te ibas siempre te desaba suerte 'y que Dios te bendiga!'.

Una vez fueron al Walmart donde yo trabajaba a comprar una televisión en mensualidades, querían comprarla con una tarjeta de la tienda (Tarjeta que redefinía el concepto de 'usura' por cierto). El caso es que la compra no pasó, creo que el valor de la tele excedía como por $100 pesos el monto de la línea de crédito que tenían, así que en el inter de que la supervisora fue a solicitar la autorización por teléfono, doña Laureana se puso a platicar conmigo. Ahí supe como se llamaba, y tenía un apellido que yo nunca había escuchado, y ya me contó que ella era de Guadalajara pero que ya tenía muchos años ahí en el pueblo, incluso sacó su credencial de estudiante y se puso a contarme dos que tres anécdotas de aquéllos tiempos, y bueno, tan amena estaba la plática que la supervisora regresó y se quedó escuchando un buen rato y a las quinientas cayó en cuenta de que les tenía que decir que no les habían autorizado la compra y que le daba mucha pena. Doña Laureana dijo que no había ningún problema, que a la mejor era una señal del universo porque no estaba muy segura de quererse encharcar por un año con una deuda, etc, etc. 

Ya que se fueron la supervisora me dijo:

-Aaaawww, que señora tan agradable!
-Si, la verdad que sí, yo las conozco de ahí del Tec y sobre todo esta señora del pelo chino es muy amable.
-Neta que hasta da pena no poderles ayudar no?
-Si verdad?
-En fin, ojalá que a la otra si les pase la tarjeta!

Alguna vez entró a trabajar aquí al hotel una chica que tenía el mismo apellido que doña Laureana, hasta estuve tentado a preguntarle si era pariente suya o algo, no hubo mucha oportunidad de preguntarle, pues la chica renunció a los tres días porque se asoleaba demasiado y acabó del color de una berenjena.

En fin, ahora que lo pienso, nosotros nomás especulábamos que eran lesbianas y pareja, a la mejor y no eh, aunque mi amiga Raymunda llegó a la conclusión de que vaya si eran lesbianas y que además tenían muchos años juntas una vez que presenciamos una discusión entre ellas. 

Estábamos esperando el bus, y a escasos metros estaba el puesto de las señoras, escuchamos una discusión airada entre ellas, de repente doña Laureana dijo en voz muy alta:

-Es que no es como tú dices!
-Pues no me interesa, me largo! - dijo la otra señora, tomando su bolso y emprendiendo el camino.
-Pero como te vas a ir y me vas a dejar aquí sola? No me puedes dejar así!!!! Isabel!!!

Allí la vimos, con las manos cubriéndose la cara como aguantándose las ganas de llorar o de hacer una pataleta, pero se serenó. Cerró el changarro y se montó en una bicicleta y se fue, seguramente a alcanzar a doña Isabel.

-Ves que si son lesbianas? - me dijo Raymunda.
-Ay como eres de argüendera, a la mejor nomás son socias, o primas o qué se yo?!
-Eres o te haces? las mujeres no reaccionamos así por una socia, prima o amiga. Son pareja, y seguramente por algo se puso celosa doña Isabel, ya verás que tengo razón.

Ya no he regresado por esos rumbos desde que salí de la escuela, así que desconozco si aún sigan con el changarro o si sigan juntas, pero a ver si ahora que regrese me da tiempo de ir, a por unos tostitos y saludarlas de pasada :-)