sábado, 30 de mayo de 2015

Volviendo a la vida - Odile 1

No estaba muerto, ni andaba de parranda, pero en estos meses pasaron tantas cosas que de plano lo último que tenía en mente era escribir aquí (total, el único que me lee seguramente es mi papá y a él de todos modos le hablo por teléfono).

Por principio de cuentas, hubo un mega huracán aquí en donde vivo, un tal huracán Odile, si tienen buena memoria y de vez en cuando ven o leen las noticias, tal vez les suene el nombre.

El condenado huracancito cayó de sorpresa, un domingo 14 de septiembre y continuó durante la madrugada del lunes 15 de septiembre de 2014.

Por qué de sorpresa? Bueno, a lo largo de esos meses, habíamos tenido unas 3 o 4 amenazas de huracanes, y al final ninguna cuajaba, siempre cambiaban de dirección, o se degradaban de categoría, el caso es que nunca llegaba algo mas que una lluvia fuerte.

Ese domingo 14 de septiembre, hasta se podría decir que amaneció normal, incluso el sol salió durante algunos momentos y el pronóstico del tiempo decía que el huracán se iba a desviar. Peeeeero, en el transcurso de la mañana algo pasó, que el huracán no solo sí continuó con su rumbo sino que además se intensificó. Por ahí de las 12 del día, el gerente del hotel juntó a la raza y les dijo que quienes ya no tuvieran nada que hacer ahí, se fueran a sus casas porque el chubasco prometía ser bastante fuerte. Yo, ese día salía temprano, pero me quedé un poquito mas tarde para retirar algunos equipos que estaban en exteriores y ayudar a mi compañero de la tarde a cubrir todo lo que estaba en interiores con bolsas de plástico. Me fui por ahí de las 4 de la tarde, llegué a cargar gasolina y a recoger a otro amigo que había ido de último momento al supermercado a comprar algunas cosas, por si acaso. Todavía hasta nos dimos el lujo de llegar a comprar un pollo asado para comer, aunque ya la mayoría de los negocios estaban cerrando. Una lluvia torrencial empezó por ahí de las 5 de la tarde y un vientecillo algo fuerte comezó a soplar. Le pregunté a uno de mis roomies si había comprado hielo como le había encargado en la mañana y solo me dijo -Ay jeje, que pena, se me olvidó-. Y ahí me tienen, saliendo ya con la lluvia y el vientecillo encima a buscar hielo. Por suerte una tiendita a unas 4 calles aún seguía abierta y ahí compre 2 bolsas de hielo, pensando, ilusamente, que si la luz se iba sería solo por una noche y ya y que con ese hielo íbamos a aguantar las cosas perecederas que teníamos en el refri. Cuando venía de regreso, me encontré a un camión de bomberos atravesado en la calle, al parecer un cable de la luz se había roto y aún tenía corriente, y mejor nos cortaron la luz desde temprano, aunque solamente en la cuadra donde yo vivo. Conforme se fue oscureciendo, pude ver que absolutamente todos los demás tenían luz, incluso las lámparas de la calle continuaban encendidas.

El viento comenzó a arreciar por ahí de las 8 de la noche, las ventanas de la casa y la puerta solo se estremecían y el traqueteo que hacían era desesperante. Además el agua había comenzado a meterse por debajo de la puerta, no importaba que le hubiéramos puesto 20 mil trapos con plásticos, para bloquearla, quien sabe por donde se metía. Como eso de estar trapeando no es lo mío, al final renuncié, que se meta el agua que se tenga que meter, pensé, al fin y al cabo que ni luz hay.

El único servicio que seguía funcionando era el teléfono de casa, y cosa curiosa, ni siquiera durante lo mas fuerte del huracán se cortó la línea. Estuvimos hablando durante la noche con nuestras familias y ellos eran quienes nos actualizaban del avance del huracán, porque para esas horas ni siquiera el internet del móvil funcionaba. Nos fuimos a dormir por ahí de las 12, bueno, intentar dormir, porque allí afuera el viento soplaba a todo lo que daba. Desperté por ahí de las 3 de la mañana y el viento ya soplaba mas débil, revisé en mi teléfono a ver si de casualidad tenía señal y me pude conectar a una página que monitoreaba el paso del huracán y vi que ya había avanzado, prácticamente iba de salida.

Desperté como a las 6 de la mañana. Salí a la calle y tal como esperaba, era un caos. En mi casa, fuera de que se metió el agua por debajo de la puerta ( que con una trapeada quedó listo), afuera era otra cosa. Árboles, postes de teléfono, luz, cables y montones de basura estaban en el suelo. Todos los árboles quedaron pelones, sin hojas. nosotros tuvimos suerte, a nuestros autos no les pasó nada, pero varios de los vecinos sí sufrieron daños, incluso a uno de ellos le cayó una palma encima de su coche, a otros se les voló una palaba que tenían en la azotea y ahora colgaba peligrosamente de un lado de la pared. Varios tramos de cercas y bardas colapsaron, y cosa curiosa, TODOS los portones de cochera salieron volando. 

Nosotros nos pusimos a limpiar lo que pudimos, quitamos unas ramas que estaban tiradas en la calle y movimos unos cables del teléfono para que quedara libre el paso. De pasada llegué con mi familia que vivía cerca a ver como estaban y pues parece que todo normal, el viento solo les había volado un tinaco (depósito de agua) que tenían en el techo pero ya andaban solucionando eso.

Llegué a mi trabajo por ahí de las 11 de la mañana, y no estuvo tan sencillo, había un endemonial de postes de luz, anuncios, láminas, basura y árboles obstruyendo las calles, algunos vecinos se estaban organizando para abrir paso, pero pues a mi me urgía llegar a mi trabajo.


El trayecto a mi trabajo, disculpen la temblorina!


Lo que encontré fue... no sabría describirlo con precisión. Háganse de cuenta que estaba lloviendo dentro de la oficina. El techo de plafón que teníamos en el site (donde están los servidores, el conmutador, etc, etc) colapsó y se vino abajo COMPLETITO, solo quedó el armazón y algunas lámparas colgando de los cables que lanzaban chispas. Como pude, conseguí un trapeador y comencé a sacar la basura del suelo, que a esas alturas ya parecía una pasta de tanta agua que había caído. tardé unas 3 horas en sacar todo y puse los botes de la basura a cachar el agua que seguía escurriéndose por el techo. Mi compañero vivía en Cabo San Lucas y no le fue posible llegar ese día, de modo que me tuve que aventar la faena del primer día yo solito.

Cuando terminé de limpiar la oficina, salí a recorrer el resto del hotel, y bueno, un desastre, me sorprendió sobre todo la cantidad de arena que se había metido hasta bien adentro de la propiedad.
Teníamos una planta de energía que cubría unas partes limitadas del hotel, ahí habilité una conexión WiFi para que los huéspedes que no habían podido evacuar pudieran comunicarse con sus familias. 

Salí de ahí a las 8 de la noche, en la mas absoluta oscuridad. Me subí a mi auto y al momento de avanzar, noto que algo raro pasaba. Pensé que tal vez traería una rama atorada en una de las llantas, pero al ver que aceleraba y no tomaba velocidad, me orillé a ver que pasaba. Resulta que tenía las dos llantas del lado derecho ponchadas y definitivamente no me iba a poder ir así. Fue un milagro que mi teléfono tuviera señal y le pedí a mi cuñado que viniera por mi. Llegó como a los 20 minutos, y nos fuimos. En el camino, pasamos por enfrente de un supermercado, y me pareció curioso ver la enorme cantidad de autos y personas que entraban y salían.

-Que raro, por qué habrá tanta gente?
-Tal vez están vendiendo.
-A estas horas? y sin luz? como van a cobrar?
-Pues no sé, en efectivo?
-No estarán saqueando?
-Nah, no creo, las turbas nunca se han caracterizado por ser tan organizadas en los saqueos (mi cuñado siempre es muy optimista y rara vez piensa lo peor desde un principio).

Continuamos avanzando lentamente porque solo había un carril habilitado en la carretera. En el camino vimos gente empujando carritos hasta el tope de latas, frutas, verduras; algunos cargando cajas de pantallas de TV, incluso me tocó ver a alguien que llevaba un colchón a cuestas. Algunos cientos de metros mas delante, había otros dos supermercados, y la imagen fue la misma.

-Oye, a mí se me hace que sí están saqueando eh!
-No, no creo, la gente de aquí no es así.
-Yo insisto que sí, de otro modo como te explicas que esos dos estén subiendo una lavadora en esa pickup? y aquellos otros llevan dos refrigeradores? y aparte que la cortina de la tienda esté a medio abrir y se escuche la alarma antirrobo?
-Bueno, igual y sí están saqueando.

Un trayecto que me tomaba normalmente 7 minutos, 10 cuando había tráfico, llevó cerca de 40 minutos, entre sacarle la vuelta a los postes, cables, compartir el carril, etc.

Llegué a mi calle que estaba en completo silencio y entré a mi casa en la mas absoluta oscuridad.