martes, 31 de mayo de 2011

Domingo de terror

Yo definitivamente soy una persona que está contenta con su vida. Me gusta la estabilidad de mi trabajo, estar ya desde hace 3 años en la misma casa y saber que los días 15 tengo que pagar la renta, descansar un día fijo a la semana y sobre todo, hacer actividades que no requieran que deje el suelo.

Pues bien, resulta que este pasado domingo 29 de mayo, uno de los roomies que al parecer tiene un poco mas de sangre aventurera nos estaba invitando a salir a hacer algunas actividades mas propias para turistas que para residentes. Lo que se le antojaba era rentar unos kayaks e irnos a dar la vuelta allá por lo que es el Arco de Cabo San Lucas y una playa con el nada cursi nombre de 'playa del amor', lugares a los que normalmente no se puede llegar en auto ni a pie. Bueno, como ese día yo salía temprano, me dejé convencer y ahí les voy. 

Llegamos a la playa y rentamos un kayak para dos personas y otro individual. Me tocó irme junto con otro de mis roomates, precisamente el que tampoco tenía experiencia, pero pues ya estábamos ahí y no se trataba de echarse para atrás. 



Para esas horas yo ya había visto que el mar estaba medio picado, pues estaba haciendo algo de viento. El tipo que nos rentó los kayaks nos advirtió que no nos fuéramos a ir por en medio de la bahía, pues el viento nos podía arrastrar y entonces si nos las íbamos a ver negras para regresar. Nos recomendó irnos bordeando la orilla y que si veíamos que de plano no podíamos, que alzáramos la mano y le gritáramos a alguno de los botes, que tampoco se trataba de hacerle al héroe. Para ese entonces, yo llevaba mi teléfono y mi camarita, pues quería tomarme algunas fotos ya estando en la playa del cursi nombre. Me tomé la precaución de echarlos en una bolsita y aparte acomodarlos en lo que se supone era la parte mas impermeable de mi mochila.



Apenas estábamos a unos 50 metros de la orilla y me dí la arrepentida de mi vida, el maldito kayak se bamboleaba horriblemente y yo a cada rato sentía las tripas en la garganta, mas cuando venía una ola mas o menos fuertecita y ya se me hacía que se iba a voltear esa cosa. Para colmo, mi otro compañero con el que iba en el kayak y yo, no nos poníamos de acuerdo para remar, lo cual ocasionaba que avanzáramos muy lento o bien, que perdiéramos el rumbo a cada rato.



Después de un tramo de no mas de 800 metros (que a mi se me hicieron ETERNOS) llegamos a la esta playa del amor, obvio, con la nula experiencia que teníamos con el kayak, la ola nos arrojó contra la orilla y al agua fuimos a dar, mi mochila incluída. A pesar de que me puse de pie lo mas rápido que pude, no pude evitar que mi mochila se mojara por completo, y hasta ahí llegaron mi cámara y mi teléfono, que si bien no se remojaron completamente, si se humedecieron, y bueno, a pesar de haberle quitado la batería inmediatamente, ayer que lo llevé a Telcel a checar, no se pudo hacer nada. El condenado teléfono enciende, pero el touchscreen no responde. Chale, lo peor es que no tenía ni el mes con ese teléfono. 



Ah y no les terminé de contar, mi roomie que nos alborotó, ni siquiera se inmutó de vernos que nos pegó una revolcada la ola y que nos golpeamos con el kayak, se siguió de largo tan orondo el HDLCH, regresó por allá unos 40 minutos después tras haberse ido a tomar fotos a una formación rocosa que se le conoce como 'el Arco'.



Yo me negué rotundamente a regresar en el maldito kayak, agarré mis cosas y me di la vuelta por otro lado, trepando unas rocas y esquivando otras olas en una playa mas lejana y salí caminando por la playa de otro hotel, que también para mi mala fortuna, no tenía salida hacia la calle. Tuve que meterme por un terreno baldío y meterme por debajo de una cerca de malla ciclónica para poder salir a la calle donde tomé el bus que me llevó hacia el oooootro lado de la playa donde le dije al amigo que nos rentó los kayaks que mandara una lancha por mis roomies ya que la marea estaba muy fuerte y no se iban a poder regresar así.

Resumiendo, un teléfono descompuesto, una cámara echada a perder, un iPod que no se apaga y un golpazo en la espinilla. Creo que no volveré a subirme en un kayak pronto. Con la aterradora experiencia que viví (no es para tanto, yo soy miedoso jajajaja) no me quedaron muchas ganas de volverlo a intentar.

jueves, 12 de mayo de 2011

Malditas ratas!

Ayer en la mañana me encontré con la novedad de que me habían abierto el auto. Me disponía a ir a trabajar, tarde porsupuesto, cuando me doy cuenta de que uno de los vidrios estaba abajo, la guantera abierta y un montón de papeles regados.

No es que hubiera mucho para robarse, de hecho solo se robaron el manual del auto (sabe Dios para que les servirá), un cargador para el iPod, unos audífonos todos feos, viejos y gastados del iPod, una herramienta multiusos estilo swiss army (esta era pirata porsupuesto, pero bien que me sacaba de apuros) y un cassette todo quebrado y feo que era con el que conectaba el iPod al rudimentario sonido que trae el auto. No se llevaron unos desarmadores que también estaban ahí, ni la carátula del estéreo, ni la batería del auto. Supongo que llevaban prisa y solo querían hacer el daño, porque con excepción de mis pinzas multiusos, se robaron pura basura.

Pero en serio que coraje me dió, no tanto por lo que se robaron, sino por la acción, de verdad habrá gente tan mierda y tan muerta de hambre? Y yo que me enorgullecía de que en todo el tiempo que llevaba viviendo aquí jamás de los jamases había tenido un solo problema con un robo o cosa parecida. En fin, que les aproveche, yo a todas mis cosas les echo una maldición por si alguien se las roba, sirve y se les cae el pelo o se vuelven impotentes jejejeje

Y a ti te han robado alguna vez?

El Kínder

Mi sobrino entró este año al Kinder. De un tiempo para acá se volvió obligatorio, y no solo eso, los niños tienen que hacer dos años. En mis tiempos no era obligatorio y si querías nomás era un año.

El caso es que me estaba acordando de cuán diferente es el jardín de niños donde va mi sobrino, al que iba yo.

Mi mamá era de esas señoras que estaban convencidas de que el Kinder era solo el primer paso que tenía uno que dar en lo que se refería a la educación. Y por eso mismo, no creía en los jardines de niños donde solo ibas a jugar, a recortar papelitos, a jugar con plastilina y colorear. Ah no, mi mamá me inscribió en el 'Kinder Sinaloa', porque ahí no solo era jugar, también nos enseñaban a medio leer y medio escribir, vaya, -por lo menos vas a saber agarrar un lápiz cuando salgas- me decía.

El primer día de clases, mi mamá me llevó y me presentó con las maestras. Mi hermana había estado ahí 5 años antes y como eran las mismas maestras todavía y a mi hermana la querían mucho, mi mamá pensó que conmigo pasaría lo mismo. Grave error. Yo no estaba para nada acostumbrado a que me dejaran solo en un lugar, y mucho menos por 3 espantosas horas en un lugar lleno de niños que no conocía y con unas brujas horrendas que eran francamente hostiles conmigo. En el momento en que mi mamá me dejó ahí comencé a llorar, y no solo a llorar sino a llorar A GRITO PELADO. Obvio, que a una maestra menopáusica, a su hermana neurótica y a otra cuyo marido seguramente la engañaba, no les simpatizaba para nada un niño gritón y chillón, y porsupuesto hicieron lo mas lógico, gritarme ellas mas fuerte que me callara y hasta unas nalgadas me dieron. De ahí todo fue en declive, las 3 horas que estuve ahí se me hicieron eternas y cuando llegó mi papá por mi le dije que no quería tener que volver a ese lugar nunca mas.

No se me cumplió el deseo porque al día siguiente ahí me llevan otra vez y con el mismo resultado.

Yo no se muy bien porqué, pero no soportaba estar en ese lugar, tal vez era que el 'Kinder' era solo una casa habitación poco ventilada, con poca luz natural y lleno de unas arañas patonas y grandes que salen seguido en los baños. Debo mencionar que tampoco ayudaba la decoración. Se supone que un jardín de niños debe ser un lugar bien iluminado, con colores vivos por todos lados, como el que estaba cerca de mi casa y donde iban todos mis amigos del barrio, y no una casa tenebrosa y lúgubre pintada de un horrible color amarillo huevo con los personajes de Disney mas mal dibujados que yo recuerde haber visto.



La mera verdad es que no guardo muy buenos recuerdos de ese kinder. Yo creo que mi papá puede contar con los dedos de una mano (y le sobrarían) las veces que me fue a llevar y que yo entré contento y feliz.
Resumiendo, creo que lo que mas me traumó fueron las méndigas arpías que trabajaban ahí como maestras. Para ser educadoras, realmente tenían muy pero muy poca paciencia. 
Recuerdo una vez que estaba llore y llore, no recuerdo porqué, pero para haber estado llorando debió haber sido algo que para MI era importante, el caso es que de repente llega un niño de otro salón y me dice 

-Dice la maestra Alma que si no dejas de llorar te van a poner un vestido porque pareces niña llore y llore.

Después entró la maestra en persona y me dice -Ya cállate! Ya no te vamos a decir Ivan, te vamos a decir chillón!

Cuando le dije eso a mi mamá al llegar a casa, solo me dijo que no les hiciera caso, que todo mundo llora, hasta la gente grande. Al día siguiente, mi mamá fue y me dejó al kinder. Normalmente era mi papá quien me llevaba, pero esta vez fue ella. Desconozco que les habrá dicho a la recua de brujas imbéciles que trabajaban ahí, pero nunca mas me volvieron a decir nada remotamente parecido a lo del día anterior. De ahí en adelante, si quería llorar, lloraba hasta que me cansaba (nunca se les ocurrió preguntarme porqué lloraba!).

Tu te acuerdas de cuando fuiste al kinder?

lunes, 2 de mayo de 2011

Y luego porqué engorda uno

Hoy me había hecho el propósito de volver a mi dieta saludable que guardé durante tantos meses, mira que durante ese tiempo no padecí ni una sola vez de agruras, acidez, malestar estomacal ni absolutamente nada de esas cosas que me habían hecho un fiel seguidor del AlkaSeltzer lima-limón.

Pero pos no. Hoy me desperté bien tarde con la novedad de que habían matado a Osama Bin Laden y que habían arrojado su cadáver al mar pronta y expeditamente (conociendo a los gringos, lo hubieran andado paseando por todos lados como trofeo, ya ven que no les gusta). El caso es que se me hizo tarde y no desayuné, me puse a lavar la ropa porque ya tenía nada limpio, y también se me ocurrió pasarle la escoba y el trapeador al baño (si, tengo un baño bastante amplio) y ahí se me fue la mañana.

Pues llego acá al trabajo y el menú del día era: Sopa de tortilla, carne asada, frijoles puercos, chilaquiles verdes con mucha crema y queso, y para acabar, helado de frambuesa, pastel sobrante de la boda de ayer y postrecitos de chocolate. Chale, que mala onda, yo de plano que a esas cosas no les se decir que no. Me puedo quedar sin probar la comida que hicieron, pero los postres, que esperanzas!



Lo malo del asunto es que el pastel de la boda estaba muy bueno, y ahora me atormenta el no saber de que carambas era el glaseado que tenía, estaba BUENÍSIMO. Ya me veo en los próximos días ensuciando mi cocina y utilizando cantidades industriales de mantequilla, margarina y azúcar glass hasta que le atine a la receta :-(

Maldita solitaria!