jueves, 12 de mayo de 2011

El Kínder

Mi sobrino entró este año al Kinder. De un tiempo para acá se volvió obligatorio, y no solo eso, los niños tienen que hacer dos años. En mis tiempos no era obligatorio y si querías nomás era un año.

El caso es que me estaba acordando de cuán diferente es el jardín de niños donde va mi sobrino, al que iba yo.

Mi mamá era de esas señoras que estaban convencidas de que el Kinder era solo el primer paso que tenía uno que dar en lo que se refería a la educación. Y por eso mismo, no creía en los jardines de niños donde solo ibas a jugar, a recortar papelitos, a jugar con plastilina y colorear. Ah no, mi mamá me inscribió en el 'Kinder Sinaloa', porque ahí no solo era jugar, también nos enseñaban a medio leer y medio escribir, vaya, -por lo menos vas a saber agarrar un lápiz cuando salgas- me decía.

El primer día de clases, mi mamá me llevó y me presentó con las maestras. Mi hermana había estado ahí 5 años antes y como eran las mismas maestras todavía y a mi hermana la querían mucho, mi mamá pensó que conmigo pasaría lo mismo. Grave error. Yo no estaba para nada acostumbrado a que me dejaran solo en un lugar, y mucho menos por 3 espantosas horas en un lugar lleno de niños que no conocía y con unas brujas horrendas que eran francamente hostiles conmigo. En el momento en que mi mamá me dejó ahí comencé a llorar, y no solo a llorar sino a llorar A GRITO PELADO. Obvio, que a una maestra menopáusica, a su hermana neurótica y a otra cuyo marido seguramente la engañaba, no les simpatizaba para nada un niño gritón y chillón, y porsupuesto hicieron lo mas lógico, gritarme ellas mas fuerte que me callara y hasta unas nalgadas me dieron. De ahí todo fue en declive, las 3 horas que estuve ahí se me hicieron eternas y cuando llegó mi papá por mi le dije que no quería tener que volver a ese lugar nunca mas.

No se me cumplió el deseo porque al día siguiente ahí me llevan otra vez y con el mismo resultado.

Yo no se muy bien porqué, pero no soportaba estar en ese lugar, tal vez era que el 'Kinder' era solo una casa habitación poco ventilada, con poca luz natural y lleno de unas arañas patonas y grandes que salen seguido en los baños. Debo mencionar que tampoco ayudaba la decoración. Se supone que un jardín de niños debe ser un lugar bien iluminado, con colores vivos por todos lados, como el que estaba cerca de mi casa y donde iban todos mis amigos del barrio, y no una casa tenebrosa y lúgubre pintada de un horrible color amarillo huevo con los personajes de Disney mas mal dibujados que yo recuerde haber visto.



La mera verdad es que no guardo muy buenos recuerdos de ese kinder. Yo creo que mi papá puede contar con los dedos de una mano (y le sobrarían) las veces que me fue a llevar y que yo entré contento y feliz.
Resumiendo, creo que lo que mas me traumó fueron las méndigas arpías que trabajaban ahí como maestras. Para ser educadoras, realmente tenían muy pero muy poca paciencia. 
Recuerdo una vez que estaba llore y llore, no recuerdo porqué, pero para haber estado llorando debió haber sido algo que para MI era importante, el caso es que de repente llega un niño de otro salón y me dice 

-Dice la maestra Alma que si no dejas de llorar te van a poner un vestido porque pareces niña llore y llore.

Después entró la maestra en persona y me dice -Ya cállate! Ya no te vamos a decir Ivan, te vamos a decir chillón!

Cuando le dije eso a mi mamá al llegar a casa, solo me dijo que no les hiciera caso, que todo mundo llora, hasta la gente grande. Al día siguiente, mi mamá fue y me dejó al kinder. Normalmente era mi papá quien me llevaba, pero esta vez fue ella. Desconozco que les habrá dicho a la recua de brujas imbéciles que trabajaban ahí, pero nunca mas me volvieron a decir nada remotamente parecido a lo del día anterior. De ahí en adelante, si quería llorar, lloraba hasta que me cansaba (nunca se les ocurrió preguntarme porqué lloraba!).

Tu te acuerdas de cuando fuiste al kinder?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no solo lloraba si no que me escapaba jajajaja, imaginate lo bien que me cuidaban que ni cuenta se daban que ya no estaba en el salon de clases, sabian de mi cuando aparecia en mi casa, tan pequeñita y ya andaba de rebelde...jeje...saludos!

Ivan dijo...

Ah no, acá le ponían doble llave a la puerta, no creas que no lo intenté! :-P