Creo que se llamaba o se llama 'Mini Super D'Todo', pero nosotros lo conocíamos como 'El Abarrotito', la verdad es que si estaba muy pequeño, era un lugar donde apenas si cabían 3 o 4 personas, la gran mayoría de las mercancías estaban detrás de una vitrina y un mostrador acomodados en escuadra.
Cada que teníamos una hora libre en el Tec, nos íbamos allí por un 'Helado'. Acá en mi pueblo un helado no es un helado/nieve/mantecado/ice cream como podría sugerir la palabra, es básicamente agua de sabor que se pone en una bolsita de polietileno que se pone en el congelador y después se vende ya hecha piedra, muy socorridos en mi rancho en época de calor... o sea la mayor parte del año.
Los 'helados' podían ser de cualquier sabor, de mango, guayaba, naranjita, jamaica, galleta, chamoy, coco, chocolate, arroz con leche, limón, durazno, ciruela, etc. La mayor parte de las veces dependía de lo que la señora del abarrotito hubiera encontrado en oferta en el súper ese día.
A mi me gustaban particularmente los de chamoy y los de durazno, aunque los de naranjita tampoco estaban tan malos. El 'lunch' lo solíamos complementar con un pan dulce, a mi amiga la Mariana le gustaban unos roles de canela a los que ella les llamaba 'el pan abundante' porque según estaban de un tamaño jumbo. La verdad es que el pan tenía un tamaño regular, solo que la Mariana era mas o menos chaparrita y menudita, y flaaaaaca flaca flaca flaaaca, lo cual estoy seguro era la envidia de muchas de las otras muchachas de la clase, ya que ella podía comer cuanto quisiera y jamás engordaba un gramo.
Aparte de los helados y el pan, lo que me encantaba de ir a pasar el tiempo sentado en una banca de concreto que estaba estratégicamente colocada debajo de un árbol y junto a un poste de la luz en el que te podías recargar, eran las pláticas. Nos podíamos pasar HORAS ahí hablando de todo y de nada a la vez, bueno, mientras nos duraran los $20 pesos que nos daban nuestros padres para el gasto del día (los helados valían $4). Cosas como el primer empleo, cómo conseguir un segundo empleo cuando ya teníamos el primero, la primera vez, la primera casa, la segunda casa que un maestro casado se estaba montando con otra muchacha de la clase, etc.
En esa banca fue cuando La Comadre nos platicó con pelos y señales como fue su primera vez, que contrario a la creencia general que nosotros teníamos (éramos medio ingenuos) no requería tal cosa como una planeación exhaustiva, el cliché de 'simplemente pasó' era real, muuuuy real.
En esa misma banca muchísimas veces nos tocó tratar de aconsejar a otra amiga que el fulano con el que andaba no le convenía porque era un mentiroso, pero ella tan infatuada como estaba pues no se daba cuenta, por cierto que nunca nos hizo caso, siempre le tocó aprender por las malas jejejeje
Si alguien me pregunta que extraño mas de los días de la universidad, diría que son esas idas al Abarrotito, era la época en la que mi mayor preocupación era cómo me iba a conectar ilegalmente a internet esa noche (uuuhhh por dial-up) o cómo le iba a hacer para no tener que ir a la reunión de estudio bíblico en la iglesia (ya me imaginaba ateo desde entonces); de ahí en fuera, las tareas, los exámenes y los trabajos en equipo eran una mera extensión de la diversión que tenía en la escuela porque siempre estábamos en bola.
Aaah que tiempos aquéllos, daría lo que fuera por volver a vivir uno de esos días con mis amigos :-(
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