La verdad es que sí, en ese momento lo que me nació fue mentarle la madre a Edvan, en verdad que no podía creer lo imprudente que puede ser una persona a pesar de tener casi 30 años, la verdad es que un brazo roto y una cirugía con anestesia general fue un precio baratísimo a pagar en comparación con haberse roto el cuello o descalabrado contra una piedra al salir volando, que eran los otros posibles escenarios.
Después estaba la otra cuestión, le pregunté a Edvan si quería que le avisara a sus padres, y su respuesta fue una expresión instantánea entre terror-horror-pavor y tal vez los residuos de la anestesia:
-Noooooooooooooooooooooo!!! déjate de cosas! Mi papá es capaz de dejarse venir hasta acá, se va a preocupar, a mortificar y no hay necesidad de eso!
-Si, pero creo que de todos modos deberías decirles que te pasó esto pero que estás bien y que...
-Es que no conoces a mi papá, se angustia con facilidad por las cosas, y se empieza a imaginar toda una historia en su mente y después no hay quien lo saque de ahí, ya que me den de alta y que esté bien TAL VEZ se los diga, pero ahorita ni hablar de ello-.
La mañana transcurrió normal, Edvan se medio quejaba del dolor y la molestia en el brazo, yo trataba de dormitar porque me había pasado la noche en vela, y por fortuna a mediodía llegó Rafail el otro roomate, y aproveché para salir a comer algo y para ir a casa a darme un baño, llámenme loco, pero no puedo ir a un hospital sin sentir la imperiosa necesidad de bañarme en cuanto llego a casa, creo que ha de ser fobia a los gérmenes o algo parecido.
Cuando volví, le dejé de nuevo al guardia un teléfono celular viejito que tenía, no se porqué aquí en los hospitales públicos te recogen los teléfonos, pero el caso es que me las arreglé para pasar con otros dos teléfonos y hasta con el iPad, eso sí, me aseguré de cerrar bien la cortina, no tenía ganas de repetir el incidente del día anterior.
Porque resulta que el día anterior mientras esperábamos en la salita de urgencias, vi que mi teléfono traía la pila casi totalmente descargada, y justo detrás donde estaba sentado, había un par de tomacorrientes haciéndome ojitos, así que fui y me acomodé ahí y conecté mi teléfono.
Apenas lo había conectado por 5 minutos cuando se acerca un guardia malencarado y me dice:
-TIENE QUE DESCONECTAR SU TELEFONO- yo tenía puestos los audífonos y aunque si lo escuché me hice el tonto.
-Perdón?-
-QUE TIENE QUE DESCONECTAR SU TELEFONO-
-Pero porqué?-
-ESTA PROHIBIDO CONECTAR TELEFONOS Y COSAS AQUI DENTRO.-
-Y porqué están puestos los tomacorrientes aquí tan a la mano y funcionando si se supone que no se debe conectar nada? Lo mas lógico es que estén puestos para que se utilicen no cree?-
-DESCONECTELO POR FAVOR.-
-WTF?! ES EN SERIO?! NO MAMES!, ahora resulta que no voy a poder conectar ni siquiera un pinche teléfono?!, se pasan de #"$%&, AH PERO ESO SI, LA CUOTA DEL SEGURO BIEN QUE ME LA DESCUENTAN PUNTUALITOS CADA QUINCENA, VERGÜENZA ES LO QUE NO TIENEN!- (bajo circunstancias normales yo no armo escándalos, pero ahí si me sacaron el tapón).
-De eso quéjate con tu patrón, a mi no me vengas con cosas, yo soy igual que tu, yo no hago las reglas.-
-Discúlpame pero perdóname pero NO, no somos iguales, hasta entre los gatos hay razas! - aquí en México 'gato' o 'gata' además del típico felino, significa ser un empleaducho cualquiera, es un término mas o menos despectivo, aplicado sobre todo a las trabajadoras domésticas o a un simple mandadero. Yo por el hecho de ser empleado de alguien pues soy un gato mas jejeje, pero como dije, hasta entre los gatos hay razas.
El resto de la tarde pasó sin contratiempos, venía la enfermera cada tanto tiempo a preguntarle como se sentía, a checarle el suero y a ponerle el medicamento. Hasta eso que tengo que admitir que la atención es muy buena UNA VEZ QUE ESTÁS DEL OTRO LADO, pero en lo que es urgencias, la consulta con el médico familiar, etc, etc, suelen ser una pesadilla.
El problema siguiente fue en la noche, que me tenía que quedar allí, yo de por sí a veces batallo para dormir en mi cama así que imagínense como me las vi para poder tratar de dormir en una silla. La otra cosa que no recordé fue llevarme una chamarra o un suéter, en el día no se nota gran cosa porque uno se está moviendo, pero en la noche, el frío sí que cala. Por suerte Edvan solo tuvo necesidad de levantarse al baño en un par de ocasiones pos la noche así que pude dormitar entre ratos, eso sí, cuando llegó la mañana estaba que no soportaba el dolor en el cuello.
Con la mañana llegó el cambio de turno y también el médico a hacer su ronda. Le quitaron el vendaje y le revisaron la herida, una barbaridad, se me hace que hasta yo sé coser mas bonito; tenía dos costurones en el antebrazo y parecía que se los había hecho un aprendiz de colchonero, definitivamente la seguridad social es módica, pero ya sabemos que no utilizan cirujanos plásticos para hacer las suturas jejeje
El médico después de revisarlo le extendió un certificado de incapacidad por 28 días, dijo que iba a necesitar por lo menos 2 meses de recuperación pero que solo podía darle 28 días de una vez, que tendría que ir a sacar cita con el especialista y lo mas seguro es que le fueran a dar otros 28 días de incapacidad.
A eso de las 11 por fin salimos del hospital, llegamos a casa y casi en cuanto entramos comenzó a sonar el teléfono, era Olga, la chica de RH de su trabajo, que querían pasar a ver como estaba y blah blah blah.
Como a los 10 minutos estaban ahí en la casa, Olga, el gerente de su hotel (que por cierto su modo de hablar me recordó a Stewie, el bebé de 'Family Guy') y el chico de seguridad que iba manejando cuando se accidentó.
Olga aprovechó para llevarse de una vez el papel de la incapacidad y el gerente del hotel le dijo que qué bueno que ya estaba en casa, que se cuidara, que se mejorara y que entendía que estuviera adolorido y cansado pero que sería bueno que en un par de días se echara una vuelta por el hotel porque había mucho trabajo pendiente, eso si, que no levantara cosas (ay si tu, mira que considerado!). Me esperé hasta que se fueron y le dije que ni se le ocurriera irse al trabajo, faltaba mas que recién operado y tuviera que irse a trabajar. Todas las personas a las que les comentamos eso estuvieron de acuerdo en que eran 'chingaderas' que tuviera que ir al trabajo, que no se preocupara, que descansara, total, con la incapacidad por 28 días no tenía NINGUNA obligación de ir y que el patrón no podía hacer absolutamente NADA contra el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social).
Contra todas las recomendaciones, Edvan se presentó en el trabajo a la semana siguiente, eso sí, los de Recursos Humanos le dijeron que se fuera sin uniforme, claro, sabían perfectamente que si le llega a pasar algo allá en la oficina estando incapacitado, el seguro social les cobra una multa gordísima, y con el uniforme puesto no cabría lugar a dudas que lo habían obligado a ir. Edvan aceptó ir porque de cualquier manera el teléfono nunca dejaba de sonar en casa, así que le hacía poca o ninguna diferencia entre estar en la casa y estar en la oficina. Le dije que les pidiera una compensación, porque después de todo la seguridad social solo te paga el 60% de tu sueldo si tu accidente no ocurrió en el lugar de trabajo, y pues si iba a estar yendo y el patrón no estaba pagando su sueldo, bien podían extenderle un cheque por el 40% restante...
2 meses después parece que todo está bien, las heridas ya le cicatrizaron por completo, eso si, se le sienten claramente las dos placas metálicas que le pusieron para fijarle los huesos y todavía no puede cargar cosas con ese brazo, pero esperemos que para navidad ya esté al 100%.
Me pregunto que experiencia hospitalaria me depara la vida para el año próximo, porque ya este es el tercer año consecutivo que pasan cosas alrededor mío y que involucran que yo esté en un hospital, en 2010 fue cuando operaron a mi papá y se pasó 3 días en el hospital, en 2011 fue cuando falleció mi abuelo y ahora en 2012 con Edvan... espero que si el año próximo me toca a mi estar en el hospital, que no sea por un accidente o algo peor, mejor que sea por algo así como una liposucción!!! :-P