Alguien de ustedes tuvo alguna vez un acosador o acosadora?
Yo sí.
Tenía en aquél entonces 8 años, y ella era una niña de mi salón de la primaria, muy mimada, muy llorona, muy berrinchuda, y que encima usaba unos lentes de fondo de botella.
Mi mamá no ayudaba mucho cuando le decía que esta niña me fastidiaba, me decía que no fuera chocante y que hasta debería hacerle caso, obvio, mi mamá pensaba que nos hubiéramos visto muy 'cute', pero nel, a mi me daba una mezcla de vergüenza con coraje e impotencia, así que lo único que podía hacer, era portarme particularmente odioso con ella, lo que creo que tampoco funcionaba porque sin duda parecían gustarle los retos.
No contenta con atosigarme todos los días en la escuela, le gustaba llamarme por teléfono fingiendo ser otra persona, o una 'admiradora secreta', cuando era evidente que no podía ser nadie mas, oh Dios, si tan solo hubiera existido el identificador de llamadas en aquél entonces...
Cierta ocasión, cuando comenzó el año escolar, comencé a ir a un taller de lectura infantil en el Museo Regional, los sábados, de 9 a 11. Me la pasaba muy bien en ese taller, pues desde que recién aprendí a leer, me devoraba los libros, y siempre era gratificante leer algo nuevo para variar un poco, además de que no tenía que soportar a la niña mimada esta.
Por el contrario, mi señora madre, no desperdiciaba la oportunidad de afianzar su amistad con la mamá de esta niña (supongo que para ella era agradable tener alguien con quien platicar cuando iba y me dejaba en la escuela o después de las juntas de padres de familia, pero pues yo era el que tenía que batallar), y le contó que yo iba a un taller de lectura los sábados por la mañana. En esta ocasión la suerte me sonrió porque quiso el destino que ella ya estuviera ocupada los sábados en la mañana yendo a clases de inglés. Yo encantado de la vida de no verla por dos días seguidos.
Pero todo lo bueno tiene que terminar algún día, y no me duró mucho el gusto, porque después ahí mismo en el museo, comenzaron otro taller pero ahora de teatro infantil, y era por las tardes, yo quise ir y me dejaron, pues así ocupaba los sábados en hacer algo mas productivo que ver la televisión todo el santo día. Iba al taller de lectura en la mañana, y volvía al de teatro por las tardes, y como mi hermana mayor se apuntó para ir también, pues mi mamá ya se preocupaba menos.
Ah pero no va siendo que al segundo sábado de ir, me encuentro a esta niña con todo y sus frenos, sus lentes de fondo de botella y su pésima costumbre de hablar como personaje mimado de caricatura japonesa, todo cortesía de la indiscreción de mi madre.
FUE HORRIBLE, HORRIBLEEEE!
De por si mi hermana ya me atormentaba lo suficiente en casa y ahora acá en teatro le acababan de hacer el caldo gordo! Para colmo, la niña malcriada no iba sola, llevó a su prima mayor (que terminó haciéndose íntima de mi hermana, así que peor todavía) y otro primo estilo Luis XV (si, el tipo era un mueble, no hablaba ni nada, yo creo que solo lo llevaba de apoyo moral) que tenía el pelo al estilo del Negrito Bimbo o del Tíbiri-Tábara.
El tormento duró mas o menos un año, se pudo aminorar un poco cuando convencí a todos mis amigos de la cuadra de enrolarse en el taller, así ya por lo menos éramos 5 contra 3.
Creo que para el final del año, ya se había convencido de que lo único que había conseguido era que la detestara mas y el acoso bajó un poco, aún así, tuve que soportarla durante otros 3 años que restaban de la primaria.
En fin, ya en la secundaria, a pesar de que íbamos a la misma escuela, nos tocó en salones bastante distantes uno del otro y jamás tuve que volver a cruzar palabra con ella.
Hace poco la ví en el periódico, que se iba a casar, esta es una foto de como se ve actualmente:
Jejejeje, es broma, pero les juro que así me sentía en aquél entonces!
Y por si algún día lo llega a leer:
Madre, ME TRAUMASTE!!!!!!!!
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