Mi sobrino próximamente tendrá una nueva hermanita, y la verdad lo veo muy entusiasmado. Yo pensaba que se iba a poner celoso o algo, pero de estas últimas veces que lo he visto anda feliz de la vida. Yo nunca tuve hermanos mas chicos que yo así que no se si los niños se ponen celosos antes o después de que nacen sus hermanos, pero parece que por lo pronto todo marcha bien.
Esto mismo me hizo acordarme de una historia que me contó mi ex-vecino el Pepe.
En aquéllos lejanos días de 1983, nació el Luis, hermano del Pepe. Desconozco si le agarró coraje desde el primer día porque estaba celoso o porque el Luis salió con la puntada de nacer el 24 de diciembre y le arruinó su navidad. El caso es que desde el momento en que llegó, no ocultó su hostilidad.
Yo en aquél entonces apenas tendría un año y medio, así que no tengo manera de recordar si era verdad que el Luis era exageradamente llorón, pero el Pepe jura que le crispaba sus infantiles nervios, todo debido a que su mamá distinguía entre los múltiples tipos de llanto que tienen los bebés y cuando sabía que estaba llorando nomás por llorar, pues lo dejaba llorar hasta que se cansara; de todos modos no le hacía daño ejercitar los pulmones decía.
Y así pasaron esas primeras semanas y el Luis no dejaba de llorar a todas horas del día (y miren que si era por mañoso porque nunca supe que padeciera de nada causado por algún llanto mal atendido). Un buen día el Pepe se hartó, tomó una piedra que usaban para atrancar la puerta del frente y se la dejó caer en la cabeza. Fue una suerte que la piedra no estuviera muy grande y que el Luis fuera un cabeza dura (hasta la fecha) porque no pasó de un moretón y un raspón, sin embargo, para su mala suerte, su papá llegó y se encontró con la piedra dentro de la cuna e inmediatamente hubo represalias. Y no, no le dieron una tunda, su papá hizo algo mas cruel pero efectivo, tomó una bolsa del VH (el VH fue un supermercado que existió en aquéllos tiempos y se acuerda de ese detalle), echó unos cuantos trapitos suyos en la bolsa y se la dio, después lo subió al auto y se lo llevó sin decirle a donde iban.
Finalmente llegaron a un gran solar baldío donde terminaba el barrio y su papá lo bajó del auto, le dijo que se cuidara, le deseó suerte y se fue. Obviamente el Pepe se quedó en shock, no podía creer que lo hubieran abandonado ahí y les juro que a pesar de que habían pasado varios años de eso , todavía se le quebraba la voz cuando me lo contó. Lo que el Pepe no sabía en ese momento es que a la vuelta de la esquina había un expendio de cerveza (su papá quería aprovechar el viaje), le dio la vuelta a la manzana y regresó por él, realmente no lo perdió de vista por mas de 5 minutos y nunca estuvo mas lejos de 50 metros.
De mas está decir que el Pepe nunca mas le volvió a dejar caer una piedra en la cabeza a su hermano, pero conforme fue creciendo, nunca tuvo duda de que la frase 'Me echaron de casa' podía ser real :-S
No hay comentarios:
Publicar un comentario