miércoles, 15 de mayo de 2013

El Pinocho

Era un cuate que estaba en la misma secundaria que yo, aunque en turnos distintos, él estaba en la tarde, y aunque nunca lo conocí personalmente, varios de mis amigos estuvieron en su mismo grupo y son quienes me llegaron a platicar dos que tres anécdotas.

El Pinocho (ni supe cual era su nombre de pila) no tenía el don de la belleza, todos los que me han platicado de sus andanzas están de acuerdo en que era bastante feíto. Su principal característica era una nariz prominente, que le hizo merecedor de ese apodo y una voz que tendía mas a lo gangoso que a lo grave y atractivo.

No es él pero era algo mas o menos así.


El deporte favorito de su grupo, era el bullying contra el Pinocho, claro que este cabrón resultó bastante aguerrido y con una autoestima por encima de lo normal, por lo cual cualquier intento de burla respecto a su persona quedaba neutralizado por su actitud innata de 'me vale madre lo que digas', aparte de que manco no estaba, cualquiera que osara agredirlo aunque fuera en broma podía estar seguro que habría consecuencias.

De verdad que a como me platican su historia, yo no entiendo cómo es que aguantaba tanto, porque era un día sí y otro también.

Todo cambió un día lunes, en que el Pinocho llegó con una nueva adquisición a la escuela, unos tenis Jordan que costaban la friolera de $1200 pesos, unos $200 USD o el equivalente de 60 salarios mínimos de la época.

En ese entonces en mi querida escuela secundaria, había dos canchas de baloncesto, una era la cancha fea, que estaba pegada al terregal, y la otra era la cancha VIP, la que tenía iluminación y en donde solían jugar los chicos fresitas o populares de la escuela. Pues lo inaudito, fue cuestión de que vieran al Pinocho con esos tenis y lo invitaron a jugar con ellos, vaya que eran fijados mis compañeros eh!

Otra historia corta que me contaron, fue que en una fiesta, lo retaron a invitar a bailar a cierta chica que estaba cerca de la pista, el Pinocho echando mano de una muy saludable autoestima y buenos modales, le preguntó que si quería bailar. La chica lo miró de arriba a abajo y le dijo haciéndose la chistosa:

-Ay no, estás muy feo!- le dijo de manera cruel y burlona, grande fue su sorpresa porque...
-Y tu has de estar muy guapa hija de tu p*ta madre!- le dijo el Pinocho con su voz gangosa y alejándose dignamente.

Todos soltaron la carcajada, estaba claro quien fue la que quedó mal parada.

Mi amigo que me contó la historia de este cuate, me dijo que se lo encontró años después cuando estábamos en la universidad, y el Pinocho ya era pasante de abogado, se agenciaba unos pesos extras asesorando personas que se querían divorciar.

En estas últimas veces que fui de visita al pueblo, nos pusimos a platicar de aquéllos viejos tiempos de la secundaria, me acordé del Pinocho y le pregunté a mi amigo que había sido de él.

-Que te pasa! que ahora el Pinocho es Juez de lo familiar en X juzgado!

Vaya, nada mal para alguien que lo tenía todo en su contra, mientras tanto me pregunto que sería de todos aquéllos que se burlaban de él inmisericordemente... no hace falta ir muy lejos, los pueden ver en la calle vendiendo naranjas...

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