Yo, al igual que el 99.999999999999999999999999999999% de la población en México, tengo parientes en Estados Unidos. En el caso de mis parientes, algunos de ellos emprendieron la aventura allá a mediados de los 90's y no les fue tan mal, eso animó a otros de mis parientes a buscarse un futuro en los Yunaites.
Mas o menos por ahí a finales del 2000 o principios de 2001, mi tía Adelita decidió que ya había tenido suficiente de estar batallando continuamente, pues por mas que se partía el lomo en el trabajo, nomás no lograba salir de aprietos económicos.
Mi tía siempre fue muy trabajadora, hasta donde sé, no tuvo el apoyo formal de un marido, pues el papá de mi primo era un señor casado, y el papá de mi prima resultó ser un verdadero hijo de la chingada que le hizo la vida imposible a mi tía hasta que finalmente logró divorciarse de él.
Con todo, mi tía hacía lo que fuera por sus hijos, nunca les faltó comida en la mesa, ni regalos en navidad, ni los trajo jamás mugrosos ni mal vestidos. Pero tarde que temprano la gente se cansa de siempre estar viviendo al día, y mi tía no fue la excepción; un buen día alguien la alborotó para irse a los Estados Unidos y ella aceptó.
Tomó un autobús hasta la frontera en Nogales, y allí ya la habían conectado con un 'coyote' o 'pollero', que la iba a cruzar por el desierto hasta Phoenix, Arizona; por cierto uno de los cruces mas peligrosos que existen para los ilegales, pero cuánta no será la desesperación que se juegan la vida sin pensarlo.
Nos platica mi tía que del grupo en el que iba, solamente ella y el pollero llegaron a su destino final después de varios días caminando por el desierto, 'con las patas destrozadas', pero llegó. La demás gente se fue quedando en el camino cuando no les podían aguantar el paso y no les quedaba de otra que regresar.
Allá una amiga de ella la estaba esperando y después de descansar un par de días, le consiguieron un trabajo limpiando casas y empezó a juntar algún dinero para pagar lo que le había cobrado el 'coyote' y de ahí para traerse a sus propios hijos, pues esa era su tirada desde el principio.
Poco después uno de los gringos para los que trabajaba, la contrató para cuidar a su tía, una señora ya mayor que vivía con él. El trabajo era mas estable, ya no gastaba en renta y le pagaban mejor.
El gringo estaba encantado de la vida porque mi tía además de cuidar a la señora, hacía las compras, cocinaba (decía el gringo que antes solo comían sándwiches) , lavaba la ropa, y bueno, le llevaba la casa.
Lo que sea de cada quien, mi tía era una de esas señoras que saben hacer TODO, cocinar, coser, cortar el cabello, escribía a máquina en una época en que no cualquiera sabía mecanografía y bueno, palabras mas, palabras menos, el gringo terminó enamorándose de ella y le pidió que se casara con él.
Eventualmente mi tía logró llevarse a su familia a vivir con ella en Estados Unidos. Mi prima terminó el primer año de la preparatoria y en cuanto terminó, cruzó con visa de turista pero ya no regresó. Mi primo no consiguió el visado porque tenía poco en el trabajo y no era precisamente un trabajo de ensueño, así que no hubo mas remedio que cruzar por el desierto, fue una travesía igual de horrible y a la mejor peor que la de mi tía porque el grupo con el que iba se perdió en el desierto y tardó mas de la semana en llegar, mi tía estaba desesperada porque no supieron de él por casi una semana, pero por suerte llegó finalmente.
El caso de la esposa de mi primo y su hija estuvo entre sencillo y truculento. La esposa pasó con los papeles de mi prima, para lo cual se tuvo que teñir y cortar el pelo y maquillarse para parecerse lo mas posible a ella; según entiendo, cuando cruzan en auto y en horas pico, los de inmigración a veces lo único que hacen es contar los pasaportes y el número de personas que van en el auto, si coinciden, pues pásenle!. Tuvo suerte, no le preguntaron NADA.
Para lograr cruzar a la niña, fue un poco mas elaborado lo que hubo que hacer. Al no tener papeles ninguno de ellos, era obvio que no le iban a dar una visa, así que mi tía consiguió con sus conocidos los papeles de una niña de la misma edad pero que había nacido en Estados Unidos y se los mandó a mi abuela que vive en Chihuahua. Mi abuela hacía tiempo que tenía visa de turista por lo cual podía ir y venir sin mayor problema (la gente mayor y los estudiantes consiguen las visas de turista sin mayor problema).
La idea de mi tía era que mi abuela cruzara la frontera con la niña, y dijera que era su bisabuela, que la niña y sus padres habían venido a una boda pero que ellos se habían regresado antes por cuestiones de trabajo, y ella solamente la llevaba de regreso. Un problema era que la niña se llamaba Samara y los papeles decían 'Allyson', así que desde un mes antes la tuvieron que convencer de que ya no se llamaba Samara sino 'Allyson', pero necia como ella sola, la niña decía que se llamaba Samara y que si le preguntaban como se llamaba iba a decir que Samara. Al final la tuvieron que amenazar con 'Si no dices que te llamas Allyson entonces ya no vas a poder ver a tu papá!', fue apenas así que empezó a responder por el otro nombre. De cualquier manera, por si acaso, mi abuela le dio a beber un antigripal disuelto en jugo de naranja para que se durmiera y no diera problemas, y lograron cruzar sin mayor inconveniente.
Obvio que todo mundo quedó horrorizado cuando se enteraron, ¡¿cómo era posible que mi tía pusiera en riesgo a mi abuela?!, que si acaso no sabía que la podían echar a la cárcel por tráfico de menores y demás. Lo bueno es que al final se reunieron todos allá en Phoenix, en tiempos en que todavía era relativamente sencillo conseguir empleo para los ilegales.
Mi tía creo que a finales de ese año se casó con el gringo, aunque no le duró mucho el gusto de tener un matrimonio feliz. El señor al poco tiempo enseño el cobre, nomás se enojaba y amenazaba a todos con que iba a llamar a los de Inmigración. Aparte al señor este se le agravó el enfisema que padecía, y ya después mi tía tuvo que cuidarlo, llevarlo al hospital a sus citas, etc. Con todo, el gringo era bastante cabroncito, mi tía volvía a tener la misma mala suerte que con sus parejas anteriores.
El acabose llegó una ocasión en que mi tía estaba haciendo un pozole para la comida, pero como tenía visitas, estaba muy entretenida platicando afuera en el patio tomando el fresco. Llegó el momento en que el pozole se empezó a quemar y la casa se llenó de humo, el gringo le habló a la policía y la acusó de quererlo matar. Ahí fue cuando mi tía mejor se separó del gringo, una cosa es que tuvieras tus desacuerdos con alguien y otra muy distinta que te acusen de intento de asesinato.
Al poco tiempo el gringo pasó a mejor vida, solo, los hijos que tenía el gringo no lo frecuentaban y solo aparecieron al final para reclamar la herencia. Mi tía a pesar de ser su esposa legalmente (se habían casado en Las Vegas), no recibió ni un centavo, aún cuando el abogado le dijo que tenía derecho a recibir una parte, pero ella dijo que no, que cuando se casó con él no había sido por dinero y que si lo había dejado en el peor momento no iba a andar de interesada ahora que había muerto.
Ahora ya hace cerca de 13 años que mi tía vive por allá y a su familia se le agregaron otras dos nietas que ya nacieron en Estados Unidos, ahora que vinieron mis papás, me platicaron que por fin está arreglando sus papeles y que a ver si para este año se le hace volver a su tierra. Ojalá que pueda.
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