domingo, 2 de enero de 2011

De flautas de res y películas de terror

Creo que fue ayer cuando estaba pensando y tratando de recordar algún incidente memorable que haya ocurrido durante mis años de la escuela.
Fueron muchos los que se me vinieron a la mente, pero como recientemente se me ocurrió volver a programar en Java, me acordé de un célebre fin de semana, 26 y 27 de octubre de 2002 en específico.
Sucedió que estábamos llevando la materia de 'Programación 2' con el profe Adulfo, a quien se le había ocurrido enseñarnos a programar en Java en lugar del clásico Lenguaje C que le daban a todo mundo en 5to semestre. La mera verdad yo nunca he sido muy bueno para programar, de hecho no creo haber tecleado una sola línea de código en casi 4 años, en fin, con Java no me estaban saliendo las cuentas y creo que no era el único.
Un buen día, el profe nos deja de tarea hacer un sistema de captura, nada complicado. Pero bueno, nada complicado en Delphi, o en Lenguaje C, porque en Java, cualquier punto mal colocado afecta, vaya, hasta hace diferencia entre mayúsculas y minúsculas, por lo que la variable 'Equis', no es igual a la variable 'equis', amén del montón de errores y excepciones con los que nos topábamos, y bueno, ya se imaginarán.
Como dos o tres cabezas piensan mejor que una (en teoría), decidimos juntarnos a hacer la tarea, en la casa de la Maribel en específico. Total, ese día nos dedicamos el Adrián y yo a localizar al Tyson, que al parecer era bueno para programar en ese entonces (ahorita quien sabe), fuimos a dar hasta por allá al rumbo del Cetis 68 en los Tabachines, donde el Diego, otro compañero de la escuela, tenía un cibercafé. Ya sea con engaños, falsas promesas o lo que haya sido, lo convencimos de que dejara a los de su grupito y nos ayudara a nosotros. Para esas horas, en la casa de la Mari ya se habían juntado: La Lupita, La Mari, la Vanessita, la Nora, la Yahaira, la Marielos, la Paty, la Marina y presumiblemente la Xochitl, es mas, creo que hasta el Leobardo andaba por ahí. En fin, después de toda la tarde de intentar echar a andar el programa, el intérprete de Java nos seguía marcando el mismo error, y por mas que el libro decía que la instrucción estaba bien, el 'Kawaks' (Compilador de Java) se negaba a cooperar.
No supe quien dijo primero que tenía hambre, el caso es que media hora después, la Maribel nos había preparado unas flautas que estaban en el congelador, abe si sería el hambre o lo tarde que era, porque no recuerdo haber comido algo que me supiera tan bien, y miren que nomás eran taquitos de res, fritos, con repollo y salsa picante.
Lo que siguió después de la comida fue una memorable charla acerca de películas de terror, 'Hasta el viento tiene miedo', 'El libro de piedra', 'Ya nunca mas' (quien haya visto actuar a Luis Miguel sabrá de lo que hablo), y bueno, no tardó mucho el tema en evolucionar a historias de terror del folklore local.
A pesar de haber escuchado ese cuento mas de 100 veces (cada uno), nos seguíamos emocionando con la historia de la chava que bailó con un chico en la rueda de La Pérgola y este le prestó su chamarra, y al día siguiente que va a recogerla, le dicen que la chava se había muerto hacía quien sabe cuantos años, y que para probarlo van al panteón y efectivamente, se encuentra su chamarra sobre la tumba. O el no menos célebre episodio de cuando en el mismo tipo de bailes (En la rueda de la pérgola), la típica de la chava que ve a un hombre guapísimo, vestido totalmente de negro, y pues lo saca a bailar, y en una de esas que le pisa un pie por accidente, y al voltear a verlo se da cuenta que en lugar de pies tiene una pata de gallo y otra de cabra. Y que se pone a gritar -El diablo! El diablo!- y zaz, el diablo que se desaparece en medio de una nube de penetrante olor a azufre.
No menos memorable fue el final de la noche, cuando el Tyson estaba terminando de contar una de sus historias de la casa embrujada de su tía en Chametla, que se empiezan a escuchar golpes en la puerta, muy fuertes para ser de alguien que solo está tocando. No recuerdo si alguna de las muchachas pegó el grito, pero es probable. Cuando nos levantamos el Tyson, el Adrián, el Pedro y yo a ver quien era y TERROR!
Era José (a.k.a El Carrocero) hecho una furia, gritando barbaridades tales como -¡Hijo de tu ***a ****e! Donde estuviste toda la tarde?! Nos quedamos esperándote como ******os y nunca que llegaste!- (me acuerdo y me da risa todavía jejejeje)
Casi casi que había olvidado estos momentos, plebes, si llegan a leer esto alguna vez, gracias por ese fin de semana, muy entretenido, es una lástima que no haya sacado una foto de todos sentados a la mesa comiendo flautas de res con repollo y zanahoria rallada, porque me hubiera gustado recordarlo con mas detalle :-)

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