No sé si alguna vez les haya platicado que yo pasé algunos años de mi vida asistiendo a la iglesia evangélica.
Allá por 1993, fue cuando comenzamos a asistir. Al principio yo no objeté este cambio, la verdad es que la misa católica siempre me pareció un ritual mas o menos tenebroso, y las reuniones de los 'aleluyas' eran un poco menos monótonas, mas alegres y definitivamente tenían menos eco (eco eco eco eco). La verdad es que en esos tiempos, en la iglesia todos eran gente muy agradable y amable, quizá porque era un lugar pequeño y todos se conocían bien. Eventualmente el lugar comenzó a expandirse y a ganar mas adeptos y ahí fue donde todo las cosas ya no estuvieron tan bien, pero esa es otra historia.
Recuerdo que por aquéllos días, mi mamá se empezó a sentir mal de repente, se cansaba muy fácil, se sentía débil y pues tras una visita al médico, resultó que tenía anemia aguda además de un tumor en la matriz. El tumor era lo suficientemente grande como para considerar que era algo serio y que se tenía que operar de inmediato.
Lo malo de la situación, era que no teníamos IMSS, ni ISSSTE, vaya, ningún tipo de Seguridad Social, y pues unos conocidos de la iglesia que tenían una compañía constructora, nos hicieron el favor de dar de alta a mi papá como empleado de la empresa para que pudiera tener acceso al seguro. También, las señoras de la iglesia se tomaron muy en serio el papel de ayudar a su hermana en tiempos de necesidad, pues la llevaban a las citas con el médico, la acompañaron todo el día las dos veces que recibió una transfusión de sangre (no la podían operar hasta que se recuperara de la anemia). En fin, un amor todas ellas.
Sin embargo, había una de ellas que hasta la fecha mi mamá la considera una de sus mejores amigas, la tía Antonella. No es propiamente mi tía, pero mi hermana y yo tenemos la mala costumbre de ser muy igualados y referirnos a las amigas de mi mamá como 'tía fulanita' o 'tía zutanita'. La tía Antonella era una señora muy devota y muy dedicada a su fé. Sin mentirles, era del tipo de gente que fácilmente se podía pasar la noche entera en oración y que siempre tenía una cita bíblica para todo y para todos. Era muy simpática y tenía un carisma natural, pues yo no conozco una sola persona a la que no le haya caído bien cuando la conocieron. También tenía una mirada que imponía, a veces era como si fuera capaz de leerte el pensamiento, pues cuando algo te preocupaba, ella siempre tenía la capacidad de percibirlo y darte un buen consejo.
Con todo, la tía Antonella no estaba exenta de problemas en su vida diaria, y un buen día le cayó una situación que no supo como manejar.
El esposo de la tía Antonella, Don Augusto, tenía un muy buen trabajo que le permitía mantenerla a ella y a sus 5 hijos con un buen nivel de vida. Y en esos años, lo que todo joven quería o ambicionaba, era una computadora, y por supuesto, Claudio, uno de los hijos de la tía Antonella, tuvo su computadora en casa.
En esa época el internet era solo una leyenda urbana que circulaba en las escuelas, así que tener acceso al mismo era solo un sueño muy lejano, y francamente, con el simple hecho de tener computadora en casa, ya eras toda una celebridad en tu escuela. Con todo, un buen día, a la computadora de Claudio le cayó un virus.
El problema, fue que aunque era un virus bastante común, tenía un nombre no tan común. El virus con el que se había infectado la computadora era el 'Natas', o sea 'Satán' al revés, y por supuesto, ese nombrecito disparó las sensibles alarmas espirituales de la tía Antonella. Recuerdo que cuando le estaba platicando a mi mamá de eso, realmente se escuchaba un poco alterada, de que cómo era posible que 'el enemigo' hubiera ido a meterse en su casa de una manera que ella no se lo esperaba. Lo peor era que el técnico que tenía que ir a eliminar el virus de la pc no había podido ir porque tenían mucho trabajo en otro lado y un virus en una computadora casera no era prioridad (los antivirus no estaban tan al alcance de la mano como los que tenemos hoy en día, que se actualizan solos y hasta varias veces al día tan solo por estar conectados a internet). Por lo pronto, la tía Antonella le prohibió a sus hijos que encendieran la computadora mientras estuviera infectada, y hasta los ponía a orar en la noche para que el problema se resolviera y el mal fuera erradicado de su casa.
-Se me ponen a orar hasta que el virus se desaparezca, esta computadora ES CRISTIANA!
17 años después, yo tengo mis propias teorías acerca de que fue lo que pasó ahí. Para empezar, el haber estudiado y trabajar en sistemas, le hace a uno conocer y entender que es un virus... un virus de computadora es simplemente un programa que causa daños al sistema operativo, ya sea que te borra archivos que son indispensables para que un equipo funcione, o te altera otros que provoca que la computadora tenga un comportamiento mas bien errático y en general, causar molestias, daños y pérdida de tiempo. Se le llama virus porque además de hacer daño, tiene el objetivo de propagarse, ya sea por medio de medios extraíbles, memorias USB y en aquéllos tiempos, discos floppy de 3 1/2", o por correo electrónico, etc. Un virus llamado 'Soyelmismosatanasprincipedelastinieblasmejorconocidocomoluciferoeldiablo' no es mas diabólico que uno llamado 'Jesusteama', solo es software, instrucciones, ceros y unos. Peeeero, háganle entender eso a mi tía Antonella!
Mi teoría es qué: Lo mas probable que haya sucedido, es que Claudio o sus hermanos, hayan estado metiendo diskettes con juegos, o mas seguro, pornografía, que consiguieron con amigos de ellos, que a su vez la consiguieron con otros amigos (recuerden que no había internet) y en una de esas, algún disco pescó el virus y finalmente se infectó la pc de Claudio.
Tía Antonella, yo conocía a su hijito Claudio y le aseguro, el niño no era un Ángel, era un adolescente calenturiento como cualquier otro, y si algún día usted creyó que el diablo se metió a la computadora de su casa como una prueba mas que le mandaba el Señor, créame, no fue así, al diablo ya lo tenía viviendo con usted desde 1980 :-P
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