Hasta hace dos meses que falleció mi abuelo, yo solía decirle a la gente que los funerales me eran algo prácticamente desconocido. Pero ahorita que estaba leyendo una entrada del blog de Ely acerca de una gallina que su hija tuvo de mascota, y me acordé de aquélla vez en que me tocó organizar un funeral...para un pollito.
Hace ya algunos años, 20 para ser precisos, acá en mi pueblo a veces se subía gente a vender pollitos a los camiones del transporte público o se ponían sobre las banquetas en la parada de autobuses. Eran de a 3 por 5 pesos. Yo siempre quise tener algunos pero mi mamá jamás me lo permitió, dijo que eventualmente iban a crecer y a ponerse feos (con suerte) si es que no se morían antes, ya que era muy común que la gente de los ranchos, se traía a vender a los pollos que estaban enfermos.
Yo no tuve pollitos pero mi tía Adelita era un poco mas liberal en asuntos de mascotas, así que un domingo que fuimos de visita, mi prima Carmelita nos presumió que tenía dos pollitos que le había comprado su mamá. Estaban muy bonitos, chiquitos, amarillitos y eran bastante juguetones, aunque a lo mejor ayudaba mucho el hecho de que siempre traíamos un pedazo de tortilla en la bolsa y los pollos solo eran glotones.
A la semana siguiente que volví, la Carmelita solo tenía un pollito, y ya moribundo. Le pregunté que había pasado con el otro y me dijo que se había comido el pan envenenado que le ponían a las ratas y se le había muerto, y el otro andaba por las mismas.
El pobre pollito no duró mucho después de que llegamos, ya de por si se le veía débil y mas o menos como una hora después se murió. Hasta eso que la Carmelita no se había encariñado mucho con ellos, pues solo duró poco mas de la semana teniéndolos de mascotas, así que así sin mas pensaba echarlo en el bote de la basura.
Cómo en aquél entonces mi tía no tenía televisión por cable y ver 'Siempre en Domingo' no era una opción, se me ocurrió hacerles un funeral, total, había que entretenernos en algo.
Así que mi prima se fue a buscar una mortaja entre los retazos de tela que tenía mi tía (era costurera), de ahí salimos a un terreno baldío que estaba cerca de la casa, en donde la gente desconsiderada tiraba su basura, y pues de ahí recogimos una lata de sardinas que todavía tenía la tapa adherida y la enjuagamos en el chorro del agua para que se le quitara un poco el olor a pescado y metimos el cadáver del pollito en ella, después cavamos un agujero en el mismo baldío y lo enterramos. Sin embargo, sentimos que algo faltaba, pues una tumba no era una tumba si no había una cruz y algunas velas.
Para esas horas del día ya nos habíamos gastado el dinero que nos daban los domingos, y pues de donde íbamos a sacar velas? Y pues como la necesidad lo obliga a uno a pensar en soluciones, recordamos que por alguna parte de la casa andaba una caja que nos había enviado mi tía Nena. En esos tiempos ella trabajaba en una maquiladora allá en el norte. La empresa le maquilaba cosas a Hallmark, Crayola, y no recuerdo cuantas otras. Los saldos de mercancía los remataban a fin de año, y mi tía se hacía con un montón de cosas que enviaba por paquetería para repartirnoslas entre los primos en navidad, cosas como magic markers, calcomanías de todo tipo, tazas, prendedores, cajas de colores y VELAS de halloween. Para esas alturas, mi prima ya había quemado las velas color naranja, así que solo quedaban las velas negras, y bueno, considerando que era un funeral para un pollo y no para un humano, dijimos -Que mas da!-
Y ahí les vamos de regreso al baldío, con velas negras y una cruz que clavamos en el lugar donde estaba enterrada la lata. Las velas las encendimos y las pusimos alrededor y empezamos con un:
-DiostesalveMaríallenaeresdegraciaelsSeñorescontigoBenditaeresentretodaslasmujeresybenditoseaelfrutodetuvientreJesúsSantaMaríaMadredeDiosruegaseñorapornosotroslospecadoresahorayenlahoradenuestramuerteAmén.
Para ese entonces ya estaba cayendo la noche, y mi tía salió a buscarnos a la calle para que nos metiéramos. Y cuando nos vio parados ahí en el baldío, frente a una cruz con velas negras y murmurando algo que parecía un rezo, se asustó:
-Hijos de la chingada! Que están haciendo??!!!!
-Ah es que se murió el pollito de la Carmelita y lo enterramos.
-Mira que cabrones! Cómo se les ocurre hacer un velorio para un pollo? y encima con velas negras! Ya hasta creí que estaban haciendo brujería!
Ya para cuando entramos a la casa nos regañaron y nos dijeron que las tumbas solo son para la gente, que a los animales ni se les reza ni se les encienden veladoras, y menos de color negro. A la Carmelita después de eso ya no le volvieron a comprar pollitos, pero por lo menos ese domingo no tuvimos que chutarnos 'Siempre en Domingo' jejeje
3 comentarios:
aaaaaajajajjajajaja...
Disculpa pero no pude resistirme cuando leí lo de DiostesalveMaríallenaeresdegracia...
Demasiado bueno! Mejor explicado, imposible!
Pobre pollo! Será que habrá subido al cielo?
Saludos!
Jajajaaaa yo también hice funerales de mascotas e insectos, con flores y cruces pero sin velas. Y tambien les rezaba juajua
Ivan me rei un monton con este post! nada mas de imaginar la cara de tu tia cuando los vio con las velas negras y todo lo demas :)))))
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