jueves, 27 de octubre de 2011

Día de muertos

Ya la próxima semana será día de muertos. Hasta este año realmente no tenía un motivo para considerarlo un día especial en mi familia, pero este 2011 será el primer año de mi vida en el que mi Tata (abuelo) no estará aquí con nosotros en esta fecha.

Cuando yo era niño,  iba de visita al ejido unas cuantas veces al año, desconozco la razón por la cual mis padres no nos llevaban mas seguido pero a mi ne encantaba ir, aunque fuera solo unas pocas horas, ya que normalmente llegábamos por ahí de las 10 de la mañana y nos regresábamos pasaditas las 4 de la tarde porque a mi papá no le gustaba que se le hiciera de noche en la carretera.

Ese poquito rato que pasábamos ahí, yo me divertía de lo lindo, correteando con mis primos, trepándome a los árboles y comiendo cantidades ingentes de fruta. Mi Nana (abuela) tenía el hobby de plantar árboles, así que nunca faltaba algo que cortar directamente de un árbol o una mata: naranjas, toronjas, granadas, ciruelas, mangos, higos, tamarindos, guayabas y muchas cosas mas que de momento se me escapan.

A mi Tata lo veía poco esas veces, él casi siempre se la pasaba bajo la sombra de un árbol enorme de laurel tomándose una coca cola y jugando al dominó con alguno de los otros señores mayores de ahí del rancho. Con nosotros platicaba poco, pero supongo que es porque solo pasábamos corriendo como ráfaga por un lado de él. Aún así, tengo muy bonitos recuerdos, por ejemplo, en las navidades, hubiera o no hubiera dinero, en cuanto le caía su pensión del seguro social (que nunca han sido generosas) mi Tata siempre iba y compraba lo necesario para una carne asada, y para todos los nietos, cuando menos una Tutsi Bota Navideña. 



Dice mi mamá que una de las mayores convicciones que tuvo mi abuelo, fue la de que nunca debía faltar comida en la mesa. Tal vez haya sido porque a él le tocó vivir una vida difícil cuando niño y no quería que su familia pasara por lo mismo, pero lo que es verdad, es que hasta el día en que mi abuelo fue dueño de sus facultades, una de sus mayores alegrías siempre fue tener a su familia reunida a la mesa para comer, y navidad no era la excepción.

También recuerdo una ocasión que andaba caminando por la calle en el ejido, y a lo lejos vi un nopal con muchas tunas rojas, parecido a este...

Foto pirateada del flickr, no copyright infringement intended!

Como yo nunca había comido tunas, tenía la curiosidad de ver a qué sabían, y así tal estiré la manota para arrancarla directamente del nopal. Mi primo que me acompañaba apenas alcanzó a gritar -Noooooooo!!!!!!- cuando yo ya la había arrancado directamente con la mano. Lo que yo no sabía y que mi primo sí, es que las tunas y los nopales tienen alguates, unas espinas muy finitas que de lejos no se ven, pero que ya mirando de cerca, alcanzas a ver que son transparentes y exageradamente finas, casi casi se ven como terciopelo, y lo peor es que que si se te clavan en la mano, es difícil verlas y ni se diga sacártelas.

Mi primo tomó una bolsa de plástico que andaba rodando por el suelo y con eso arrancó un par de tunas mas y nos las llevamos a la casa, allá cuando le dijimos a mi abuelo que había cortado una tuna directamente con la mano, se soltó a reír, y me dijo que los alguates se quitaban con goma de mascar, que fuera por un poco mientras el limpiaba las tunas. Tengo muy presente haberlo visto poner las tunas en el suelo y con un varejón estarlas zarandeando hasta que se les cayeron todos los alguates. Después de que mi Nana ya me había quitado los alguates de la mano, me habló y me dijo que ya estaban listas las tunas, que las lavara en el chorro del agua para quitarles la tierra. Las tunas estaban muy dulces, tienen un saborcito mas o menos agridulce y una textura parecida a la del kiwi, eso si, tienen muchísimas semillas, así mas o menos como una guayaba, pero estas son un poquito mas grandes y mas duras, así que no es recomendable tragárselas porque ya se imaginarán que puede pasar a la hora de ir al baño jejejeje

Con el tiempo crecí y me volví un adolescente chocante, odioso y huraño, y por supuesto que me puse en mi plan de que no quería ir a visitar a mis abuelos al ejido porque 'me aburría', decía que igual ellos podían venir a nuestra casa y bueno, ya se la saben como pueden ser de obstinados los adolescentes. Hoy en día me arrepiento de no haber tenido una mejor actitud, pues me hubiera gustado conocer mejor a mi abuelo.

En fin, este año será diferente para mí este día de muertos, no podré ir al panteón a visitar la tumba de mi abuelo como acostumbra mcuha gente aquí en México, pero veré si por lo menos puedo hacer un mini altar en mi casa para recordarlo, eso sí, que no se entere mi mamá porque ella piensa que los altares de muertos son cosa del diablo jejejeje, en fin, ahí al rato que se salga mi jefe de la oficina les platico como se hace un altar y que cosas lleva ;-)

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