lunes, 31 de octubre de 2011

El Jalogüín 1987

Si, ya se que se escribe 'Halloween', pero quise escribirlo tal cual lo escuché por primera vez allá cuando tenía 5 años.

Todo sucedió porque mis papás no creían en la educación tipo Montessori, para ellos solo significaba que uno iba a perder el tiempo jugando con plastilina y recortando papelitos y nel, ellos querían que yo aprendiera a hacer algo en el preescolar, razón por la cual me inscribieron en el nada tétrico, lúgubre y telarañoso 'Kinder Sinaloa', donde según ellos, por lo menos iba a aprender a agarrar el lápiz. Creo que alguna vez les platiqué de este lugar y del horror que sentía de tener que ir ahí todos los días, ya fuera porque las maestras eran un grupo de arpías menopáusicas o porque el lugar estaba infestado de arañas de todos los tipos y calibres.

Pues bien, un día de tantos, me salió mi mamá con la novedad de que ese día habría fiesta en el kinder, porque era el día de 'Jalogüín' (así lo escuché), y que por lo mismo tenía que ir disfrazado. Me consiguieron prestado con mi 'nina' (madrina) Mayra un disfraz de brujo, o bueno, algo así como una bata negra con un estampado de una bruja volando en una escoba; francamente de disfraz no tenía mucho, pero en esos tiempos del proteccionismo gubernamental de los 80's contra las importaciones, no había mucho de donde elegir. Dado que mi 'nina' Mayra no pudo encontrar el gorro de brujo por ningún lado, tuvimos que ir a una tienda llamada 'La Violeta', hoy desaparecida, que era la única tienda departamental del rancho desde que la abrieron unos inmigrantes japoneses allá por 1938. 



En 'La Violeta' el surtido dejaba mucho que desear, en disfraces para niño solo tenían de diablito y tridentes de plástico rojo y mi mamá definitivamente no quería que me viera tan maligno. Menos mal que sí tenían unos gorros de cartoncillo negro y unas calabazas de plástico naranja y con esas cosas mi mamá me completó el disfraz y me llevaron al kinder, donde para mi mala suerte, pocos niños iban disfrazados de algo. Ya de por si yo era tímido y llorón y encima me obligaban a llamar la atención disfrazado de brujo región 4.



Por lo menos me dieron soda y pastel y no tuve que quedarme dentro del salón de clases ese día, total, a las arañas que abundaban en el patio les tenía menos miedo porque por lo menos me podía alejar de ellas. En cuanto a la calabaza, con la que yo me imaginaba que iba a regresar a mi casa llena de dulces...nada, FAIL. Nos echaron apenas unos cacahuates, unas dos paletitas, unos cuantos chiclosos y párenle de contar, yo creo que no había presupuesto o se lo gastaron todo en una piñata pichurrienta que rompieron en el patio.

O sea, de esto, NADA :-(


Ya para finalizar el día, me sacaron una foto, salgo ahí con los ojos pelones como canicas, cara de asustado y un pantalón de mezclilla con zapatos de vestir asomando bajo el disfraz, muy ad hoc jejejeje

Y alguno se acuerda del primer Halloween?

No hay comentarios: