Hoy es uno de esos días en que me siento down, con el ánimo afectado y casi a ras del suelo.
Ayer estaba plácidamente chacoteando en la casa, creo que estaba viendo Two and a Half men, cuando suena el teléfono. Era el papá del Vikingo de Bolsillo (roomie) que le avisaba que había fallecido un vecino de ellos allá en Chihuahua.
Al principio no caía en cuenta, pero recordé que me había contado de uno de sus conocidos del barrio, compañero de la universidad y mejor amigo de su hermanito el Charlie, hacía días que estaba mal y no sabían que tenía.
El primer médico con el que fue le diagnosticó hepatitis, pero que no parecía ser eso, pues el Charlie también tuvo hepatitis apenas en diciembre pasado (por andar comiendo carne de llama en Bolivia dijo) y los síntomas no se parecían, además de que este amigo se veía definitivamente mas jodido. El caso es que hasta con el cardiólogo fue a dar y pues que mal, mal y mal, no se componía. Yo creo que apenas antier me dijo que le habían sacado casi un litro y medio de líquido de no recuerdo donde (solo se que ahí no se supone que uno deba tener tanto líquido) y que seguía mal. Y de repente, que se nos va.
A mi me impresionó mucho la noticia, y eso que ni conocía al pobre muchacho, pero me pesó terriblemente, tenía apenas 23 años, acababa de terminar su carrera y pues tenía toda la vida por delante, y de la nada, zaz! al día siguiente ya no estás. Si este chico hubiera sido de esos que se dedican a los deportes extremos, o hubiera andado con el ejército en Irak o Afganistán pues igual y no hubiera caído tan de sorpresa, pero no es de esperarse que en estos tiempos, alguien de apenas 23 años, en la flor de la edad, pesque un bicho y en cuestión de semanas se vaya de este mundo.
Lo siento también por el pobre Charlie, se le fue su mejor amigo.
No somos nada.
1 comentario:
Asi es Ivan...un abrazo extensivo a tu amigo...:((((
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