lunes, 4 de julio de 2011

Muertodehambrecomecuandohay!

Hace unos días estaba dado a la limpieza del refrigerador. Me quedé un poco en shock de ver que estaba lleno de porquerías, o sea, mermeladas, miel, jugos azucarados, chocolates, helado, etc. Con decirles que me encontré hasta una mermelada de chipotle que tengo desde antes que naciera mi sobrino...que cumplió 5 años recientemente :-S

No es mi refri pero se parecía bastante el desorden!


Buscando también desocupar la alacena, me encontré también con varios frascos de nutella petrificada; miel de maple, que sin duda conoció mejores tiempos; miel de maíz que compré hace dos años como sustituto de glucosa, cuando me dio por experimentar con el fondant;  frascos de cajeta, para empanadas; latas de lechera, para los pays de queso; galletas de varios tipos, que alguna vez estuvieron crujientes; cajas de cereal con nueces-miel-arándanos-fresa-azúcar extra, pop tarts cuya fecha de caducidad expiró hace mas del año y bueno, ya se imaginarán, cochinada tras cochinada tras cochinada.

De plano, que entre los roomates y yo compramos prácticamente cualquier cosa que se nos antoja y después se nos olvida que ahí está y ya no nos terminamos nada.

Me puse a pensar que en mis años de infancia, en mi casa JAMÁS tuvimos tantas cosas dulces al alcance de la mano. Mi mamá era de las personas que tenían la firme creencia de que los niños no deben de comer dulces o chucherías en exceso.

Por ejemplo recuerdo que para mi hermana y para mi, la soda era algo completamente  extraordinario porque mi mamá no nos dejaba tomarla en la comida (ni a ninguna otra hora). A veces pero muy de vez en cuando, nos daba 'un traguito' de su vaso, pero párenle de contar. Con las galletas igual, cuando compraba una caja, la guardaba celosamente en lo mas alto de la alacena y ¡pobres de nosotros que osáramos tomarlas!, en la noche nos daba una o dos con el clásico y obligatorio vaso de leche. Yo creo que mi mamá lo hacía mas que nada porque fue la forma en que la criaron a ella y no tanto porque no hubiera dinero para comprar ese tipo de cosas. Pero la verdad es que nosotros siempre estábamos deseosos de comer chocolates, pan con mermelada, galletas o beber refresco hasta hartarnos.

Viendo todo el desperdicio de comida que hacemos en mi actual casa, llego a la conclusión de que si a un niño lo acostumbras a que SIEMPRE haya cosas dulces en casa y que estén al alcance de la mano, NO SE LE ANTOJAN, es casi casi psicología inversa. Me consta porque yo a veces iba a casa de algunos primos mas consentidos que yo o amiguitos del barrio a los que si les compraban que el Froot Loops, que el Trix, que las galletas de bombón con chocolate y nunca los vi que anduvieran de perruchos come y come de esas cosas, sé que tampoco tenían prohibido tocarlas (como yo) porque si les preguntaba (hambreado como siempre) si podíamos agarrar de lo que había me decían que si, que no había problema, pero jamás los vi tragarse las cosas con desesperación como yo si lo llegué a hacer jejejeje

Chale, pobre de mi madre, si tan solo hubiera sabido, a la mejor no hubiera renegado tanto cuando se daba cuenta de que nos habíamos acabado el cartón de galletas el mismo día que lo había comprado, o de que la botella de miel ya iba a la mitad y apenas la había comprado hace dos días, etc, etc.

En fin, mi mamá y yo siempre hemos tenido issues con eso de la comida, pero bueno, eso es tema de otro post :-)

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