martes, 26 de julio de 2011

Pleito de niños 1987

Me cae mal la gente violenta, cuando tengo desacuerdos con alguien, siempre trato de resolver las cosas por la manera mas diplomática posible, pero hay gente que luego luego, se quiere ir a las manos, gente bien básica y bien primitiva. Tan solo ve como se tratan los niños de hoy en día, usan todo un abanico de insultos que yo cuando era niño jamás los escuché ni de boca de un adulto, amén de que para todo, te quieren hacer alguna maldad.

Esto lo digo porque esta semana es mi cumpleaños y se me ocurrió a manera de broma, comprar una piñata, y como yo soy el mas grande de los divagadores, una cosa llevó a la otra y me acordé de aquélla época en que mi hermana tenía como unos 10 años y se peleó con otra niña vecina de nosotros, la Marimar.

La Marimar llegó al barrio por aquéllos lejanos días de 1986-1987, yo creo que debe haber tenido unos 11 o 12, y aunque era mayor que mi hermana, luego luego se hicieron amigas.

Durante una buena temporada, la Marimar y mi hermana fueron inseparables, apenas salían a la calle y ya se andaban inventando algún juego, además como eran las mas grandes de la cuadra y por lo general eran buenas para entretener, todos la demás chamacada de nuestra calle se juntaba con ellas y les seguía la corriente.

Todo cambió un día en que se pelearon, el otro día le pregunté a mi hermana si se acordaba porqué y me dijo que no, tenía una idea aproximada pero que no estaba segura, el caso es que se pelearon y se dejaron de hablar, y ahí comenzó una manera muy extraña de pelearse.

Otras niñas probablemente se hubieran agarrado a cachetadas, patadas, se hubieran jaloneado del pelo o por lo menos escupido, pero ellas no, eran mas civilizadas. 

Todo comenzó un día en que mi vecino el Luisito y yo, tomamos una vieja caja de zapatos y le echamos corcholatas de refresco, cacahuates y algún dulce desbalagado que andaba por ahí, la sellamos con masking tape y la colgamos de la rama de un árbol y jugamos a que era una piñata. 

De piñata no tenía mas que el nombre, pues la caja era negra, sin chiste y el masking tape (que le robábamos a mi papá de su taller) no ayudaba en mucho. Mi hermana nos vio desde la ventana y nos dijo que trajéramos la 'piñata' y que ella la iba a arreglar, y dicho y hecho, la forró con papel de cuaderno, y le pintó algún dibujito y le echó algunos cuantos dulces y la volvimos a colgar del árbol. 

La condenada piñata fue la sensación esa tarde porque todos los niños que andaban en la calle, corrieron luego luego a formarse en la fila para pegarle. Como mi hermana era la mas grande de los que estaban ahí, era la encargada de organizar el revorujo, y claro, a la Marimar ya no le gustó no ser la mas popular, así que al día siguiente, ahí estaba ella, en el porche de su casa, también con una caja de zapatos, decorándola y mandó a su hermana la Brendi (tenían nombres muy raros todas ellas) a decirles a todos en la cuadra que esa tarde iba a haber piñata afuera de su casa.

Mi hermana de inmediato dijo -Ash, méndiga plebe envidiosa! Pero va a ver!- y puso manos a la obra. 
Ese día yo había acompañado mi papá a entregar unos motores que le habían encargado que embobinara, pero a mi me gustaba ir con él porque en esas bodegas trabajaba mi padrino y siempre que me veía me daba dinero jejejeje. El caso es que mientras andaba por allá en las bodegas, me encontré un rollo de cinta de esa que usan para señalizar, y me lo traje para jugar acá en la casa sin saber que mi hermana pronto le iba a dar buen uso. Como no había nada mas con que hacer una piñata, mi hermana fue a un abarrote donde le regalaron una caja vacía de cartón, misma que  envolvió con la cinta y con unas tijeras le empezó a hacer cortes para que parecieran barbitas, luego le pegó algunos pedazos de papel de colores y listo, una piñata para competir ese día.



Esto se estuvo prolongando durante varios días. Mi hermana no gastaba el dinero que le daban para la escuela porque con eso en la tarde se iba a la papelería a comprar papel lustre, papel de china, papel metálico y lo que necesitara para hacer una piñata en condiciones. 

En esos días hasta se las ingenió para aprender a hacer 'engrudo' a escondidas de mi mamá para no gastar en pegamento. También le dio por irse preparando con varios días de antelación, compraba globos, y los forraba con pedazos de papel periódico untado con engrudo y los ponía a secar al sol, y ya cuando estaban listos,  se reventaba el globo y ya quedaba una cáscara de papel periódico que servía para hacer el cuerpo de la piñata.

Todos las tardes (después de hacer la tarea), mi hermana y un par de amiguitas solidarias salían al porche de la casa, con papel de china, las cajas de cartón, masking tape, periódico y lo que hubiera a mano. La Marimar hacía exactamente lo mismo pero del otro lado de la barda. Había en la cuadra, otra niña, la Lupita,  que era mas o menos neutral en el pleito, es decir que le hablaba a las dos, y ella era la encargada de estar llevando y trayendo los chismes entre una casa y otra.

Por ahí cuando eran las 6 de la tarde, salían a la calle cada cual con una piñata terminada, y ganaba la que juntara mas niños haciendo fila para pegarle a la piñata.

Ya con el tiempo perdieron el interés, además de que no era buen negocio quedarse sin gastar en la escuela para comprar materiales para hacer una piñata con la que al final de cuentas otros eran los que se divertían.

Ya hace fácil unos 25 años de eso, pero todavía me acuerdo bien de los detalles, y sobre todo celebro que a pesar de haber sido enemigas durante AÑOS, mi hermana y la Marimar definitivamente se mostraron mas civilizadas que mucha gente adulta que conozco.

Y tu te peleaste de algún modo poco usual alguna vez?

1 comentario:

M dijo...

Hmmm peleas poco usuales (ni usuales) no, pero me dio risa los nombres de las plebes jaja