lunes, 11 de abril de 2011

But I hate fish!

Hay alguna cosa que detestes por ninguna razón en especial?

Yo tengo varias! pero esta vez solo hablaré de los mariscos.



Siempre, desde la mas tierna edad, he detestado el pescado y los mariscos en general. Porqué? Quien sabe. Solo se que el olor se me hace insoportable y la sola idea de comerlos me provoca náuseas.

Cuando era niño, mi mamá trataba, inútilmente, de que comiera caldo de pescado, caldo de camarones, pescado empanizado, ceviche de camarón, coctél de camarón, pescado zarandeado, camarones rancheros, callos de hacha, ostiones, sardinas y cosas de esas. 

Quiero aclarar que no es que yo fuera 'idioso', o sea, ya había probado esas cosas y definitivamente no me gustaban, ya cuando mi señora madre vió que no surtían efecto los cintarazos, ni el castigarme quitándome la tele o no dejándome salir a jugar, me creyó (en parte). Ha de haber pensado que tal vez yo venía genéticamente indispuesto a comer productos del mar. Pero con todo, de vez en cuando todavía me insistía 

-Ándale, pruébalo siquiera
-Que noooo! No me gusta!
-Pero si ni lo has probado siquiera...
-Huele horrible!!!
-Si, pero no sabe a lo que huele
-Cómo que no sabe igual, si yo ya he probado esas cosas antes!
-Si te comes un filete de pescado te doy el cartón de galletas
-...bueno, ok- Y ya mi mamá muy contenta me servía un pedazo de pescado empanizado, pero pues poco le duraba el gusto porque nomás probaba el bocado y 
-Puaaaj!!! Yiuuuuck!!!

De plano, que no conseguía ni siquiera tragar un bocado, ni siquiera con el soborno de una caja de galletas COMPLETA solo para mí.

Eventualmente mi mamá decidió que era un desperdicio servirme comida que solo iba a terminar vomitada, así que cuando hacía pescado o camarones, siempre me hacía alguna otra cosa aparte, pues no se trataba de dejarme sin comer. Y como dije, no es que fuera chiquión (remilgoso), yo ya me había tomado la molestia de probar la comida en otras ocasiones y en verdad que no podía, no podía y no podía!

Yo quiero creer que es por el olor, no sé porqué, pero cualquier olor que provenga de pescados o mariscos yo a la mejor lo percibo magnificado al 1000%, a la mejor a otra gente no le parece que huela tan fuerte, pero para mi a veces es verdaderamente insufrible. Por ejemplo, recuerdo que una vez llegué de la escuela mas o menos como a las 2 de la tarde, y se me hizo raro que en vez de la comida del día, solo hubiera un sartén con un bisteck y papas fritas.



-Amáaaaaaaaaaa!
-Si?
-No hizo comida?
-No, tu papá y yo no comimos hoy porque estamos ayunando (cosas de la iglesia, luego les cuento)
-Ah... es que huele no sé, raro
-Pues yo no huelo nada, siéntate a comer
-No, no puedo, este olor como que me da guácala, no sé, aquí huele raro- Y en serio, por mas que buscaba no veía de donde podía venir el olor, pues todos los trastes estaban lavados, en el refrigerador no había nada, en el bote de basura tampoco.
-Son ideas tuyas, siéntate a comer de una vez que se te va a enfriar.
-No, no puedo, se me quitó el hambre con el olor este tan feo- y agarré mi mochila y me dispuse a irme a mi cuarto.
-Ah como me cae de mal que seas así de mañoso! si no huele a nada! tu papá y yo comimos como a las 12 y ya hasta lavé los trastes y limpié la cocina, como te va a llegar cualquier olor?!
-Aaahhh! No que no había hecho comida?!!
-Pues si, hice unos camarones, pero a poco te da el olor todavía?!
-Si, con la pena, pero si me da el olor y ya sabe que así no puedo comer
-Sírvetelo en un plato y llévatelo entonces.

De plano que ahí mi mamá me tuvo que creer que en serio no me gustaban los mariscos (junto con el hígado y el pollo con puré de tomate o con tomate).

Ya de grande algunas veces intenté comer por ejemplo, camarones, ya fuera en la comida china, el sushi, o como me pasó en mi primer empleo aquí en los Cabos, en la comida de bienvenida. Esa vez resultó que a los recién ingresados, les daban un curso de 2 días acerca de como funcionaba el hotel, su historia y demás cosas. A la hora de la comida, nos llevaban, no al comedor de empleados, sino a uno de los restaurantes nice que había en el hotel, recuerdo que nos sirvieron entrada, plato fuerte y postre. Y yo pues bien emocionado porque lo mas nice que había comido con mis amigos era la pizza de 15 USD con 40 trozos. Pues que nos traen el primer plato y oh sorpresa, camarones con ensalada a la vinagreta. Yo casi me ponía a llorar, pues en un lugar tan bonito y elegante (y además gratis) no iba a poder salir con mi 
-No me gustan los camarones-
No me quedó de otra que hacerme de valor y cortar un pedazo de camarón y metérmelo a la boca. No pude. Lo mastiqué un par de veces y tanto el sabor, el olor y la textura se me hicieron asquerosos. No creo que haya sido el modo como estaban preparados, puesto que los otros 15 que hicieron el curso junto conmigo se los estaban devorando con singular alegría. Me tragué el pedacito como pude y me tomé un vaso de limonada de un jalón para quitarme el mal sabor de boca. Los camarones restantes se los dí a mi compañero de al lado, que no puso ninguna objeción. Desde entonces, se me hizo mas fácil decirle a la gente que era alérgico a pescados y mariscos, y así me ahorraba todas las explicaciones.

Ya cuando me vine a vivir solo no tuve problemas, porque el pescado es algo que yo jamás compraría, vaya ni siquiera atún enlatado, ni sardinas, sobre todo sardinas en salsa de tomate, que se me hacían la cosa mas apestosa creada por el hombre.

Eso fue hasta el día en que me fuí a vivir con dos amigos, que esos si, comen prácticamente de todo. Y en una de esas idas al super, a uno de ellos se le ocurrió comprar una novedosa lata de 'Arenques Brunswick en salsa de tomate'. Nombre, nomás abrió esa lata, y casi casi pude ver la onda expansiva del olor esparciéndose y metiéndose por cada recoveco de la casa. Si hubiera comprado 'Mal olor enlatado', no habría olido peor que esos arenques. 



Era un olor horrible, como el olor de unas sábanas compartidas por una sardina y un calamar después de una noche de pasión. Yo creo que me terminé una lata de Lysol y de todos modos el olor no se iba. Lo que tuve que hacer fue salirme de la casa  y ya para la noche, después de tener las ventanas y la puerta abiertas toda la tarde, el olor ya se había ido. Eso si, desde entonces, prohibido comprar de esas cosas! 

Hasta la fecha lo único que encuentro mas o menos soportable es el atún, y aún así, las latas que se desocupan, se van a la basura  en ese mismo momento y al bote que está en la calle.

Y tú? detestas alguna comida en particular?


5 comentarios:

Unknown dijo...

Hola! recién estoy empezando a leer tu blog...
Lo que yo detesto por el olor es el estómago del vacuno, que al menos acá lo conocemos como guatitas.
Te aseguro que el pescado mas putrefacto del universo no olerá peor que las guatitas cociéndose!!
Saludos!

M dijo...

del otro dia que te lei que ando antojada, yo al contrario amo TODO lo que sea de mar, mariscos mas que nada, naaaam con harto limon, cebolla y cilantroooo.

Quizas lo que no soportas es el sabor/olor del yodo.

Y algo que no me guste, los garbanzos, puaj no los trago. Y algunas "exquisiteces" noruegas, jajaja.

Ivan dijo...

Pues acá en México se hace algo parecido con el estómago de res, aunque aquí se le dice 'menudo', es muy socorrido entre la gente para curar la cruda y que se les baje la borrachera. El olor pues nunca lo he notado feo en particular, o será que siempre que lo he visto cocerse ha sido con todo y especias agregadas. Por lo pronto, yo si lo como sin ningún remordimiento jejeje

Y del pescado, pues no se si será el olor del yodo, pero no lo soporto ni crudo ni cocido. Apenas que hiciera el intento de comer algun pescado de olor suave como la cabrilla o el lenguado, pero lo dudo eh!

Anónimo dijo...

me he reido mucho con este post, a mi hija por ejemplo detestaba el pollo cuando estaba mas pequeña (ya ahora le gusta) y una vez hizo como que iba a vomitar en la mesa y yo le di una palmada y le dije te lo comes alli su papa le dijo de ahora en adelante vas a comer el "pollo conco" y ella le pregunto que es eso y el le dice "pollo con coñazo" jajaja.
Saludos!

Ivan dijo...

Jejeje pues si, a veces a los niños si les das una nalgada igual y si se comen lo que les sirvas, pero en mi caso yo creo que ni eso les funcionaba conmigo.

Eventualmente aprendí a comer cosas como la sopa de verduras, la ensalada verde, el apio, la cebolla, cosas que antes NO me gustaban, pero de plano que lo otro nomás no puedo!