martes, 26 de abril de 2011

Niños mentirosos

Yo creo que todos hemos dicho mentiras en algún momento de nuestras vidas, ya sea para evitarle dolor o pena a alguien (mentira piadosa), para librarnos de una molestia innecesaria (mentira blanca), para librarnos de un castigo o consecuencia (mentira vil) o para hacer de nuestra vida algo mas emocionante (por pinches mentirosos).

Cuando yo estaba niño, por alláaaa a principios de los 90's, tenía un vecino de mi edad, vamos llamándolo, hmmm, no sé, Moisés.

Este Moisés, tenía una imaginación muy fecunda, pienso que a veces incluso no detectaba la diferencia entre las historias que creaba en su cabecita loca, y lo que pasaba en el mundo real.

Cuando tenía unos 8 años, mi mamá me mandó hacer una esclava (o brazalete) de oro en el que le pusieron con relieve mi nombre, si ya sé que es algo bien naco, pero pues en aquél entonces mi mamá me la mandó hacer con la mayor de las alegrías (seguramente ha de tener algún gen gitano), pues vayan ustedes desde cuando estaría juntando pedacitos de oro hasta que por fin reunió lo suficiente como para que le alcanzara para dicha esclava. Ya cuando por fin se la entregaron en la joyería, resultó que me quedaba muy grande, de modo que no la podía usar del diario, para mi mejor porque hasta la fecha me choca usar cadenas, anillos, esclavas y demás cosas. Uso reloj porque lo necesito, pero si por mi fuera, tampoco usaría. El caso es que cuando me dió la esclava, una de las primeras cosas que hice fue presumírsela a este Moisés, y me dijo:

-No pues si está bien 'padre', nada mas no te la lleves a la escuela, no te la vayan a robar.
-Pero porqué habrían de robármela en la escuela?
-Pues no sé, y si alguien se mete a robar?
-Pero quien se va a meter a robar en una escuela, a plena luz del día? 
-A veces pasa
-Cuándo has visto tu que un grupo de asaltantes se meta a robar a los chamacos en una escuela?
-PUES EL OTRO DÍA EN MI ESCUELA SI SE METIERON A ROBAR!!!- me dijo, molesto de que lo le creyera su historia.

Y de ahí se soltó a inventarme una historia tan pero tan detallada del supuesto robo, que yo terminé por creérsela y hasta fuí y le conté a mi mamá. Claro, ante lo absurdo de la historia, mi mamá me dijo que eso no era posible, y que de haber sucedido, se habría enterado porque la escuela a la que iba Moisés estaba a una cuadra de la casa, y porsupuesto, la vecina chismosa que nunca falta en el barrio, habría corrido a platicarle. 
Y a uno como no le gusta discutir, verdad? Pues me puse a alegarle a mi mamá que si era cierto, que igual y ella no se había enterado, y pues en ese momento acertó ir pasando por enfrente de la casa Moisés, y mi mamá, que seguramente no tenía nada mejor que hacer en ese momento, lo llamó y le preguntó si era cierto que habían asaltado la escuela.

-Uhhh si, el lunes pasado en la mañana en el homenaje- aquí en México los honores a la bandera se hacen los lunes en la mañana antes de entrar a clases.

Y de ahí se soltó Moisés a platicarle la historia, de que mientras estaban todos los plebes formados en el homenaje, un comando de varios tipos, que se cubrían la cabeza con medias y que portaban sendos rifles AK-47 (cuernos de chivo), se había dedicado a ir fila por fila exigiéndoles el dinero que llevaban para la hora del recreo y quitándoles sus aretes, esclavas, pulseras, cadenas, anillos y demás a quienes los llevaran. Y no solo eso, después de que terminaron de limpiarlos a todos, antes de irse, le quitaron la bandera a los de la escolta, la tiraron al suelo y la balacearon. De plano, nomás faltó que dijera -Y se fueron diciendo ¡ñaca ñaca que malos somos!



Mi mamá nomás se reía de las ocurrencias de este chamaco, pero seguro pensó -Nota mental: No creerle a Moisés ni la hora.

Con el tiempo Moisés se fue inventando las historias mas inverosímiles que yo hubiera escuchado, desde la vez en que se le apareció un duende hasta la vez en que fue a Chihuahua a esquiar (si tú, a esquiar y en Chihuahua!) y a pasearse en trineo.

A pesar de ser tan mentiroso, tenía buena imaginación y en la época en que nos dió por encender fogatas en cualquier lado (todos los niños tienen su etapa piromaniaca), se aventaba unas historias de terror muy buenas! Ahí luego les platico alguna, como la vez que se le ocurrió ir a jugar a la ouija en el patio abandonado de unos señores que vendían cobijas!

Y ustedes, eran mentirosos de niños?

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